Mostrando postagens com marcador Olivia de Havilland. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Olivia de Havilland. Mostrar todas as postagens

terça-feira, 23 de maio de 2023

A Rivalidade Entre as Irmãs Olivia de Havilland e Joan Fontaine em Hollywood - Artigo









A Rivalidade Entre as Irmãs Olivia de Havilland e Joan Fontaine em Hollywood - Artigo
Artigo


Texto 1:
A morte da atriz Olivia de Havilland, aos 104 anos, trouxe à tona uma das rivalidades mais comentadas da história de Hollywood. Dona de dois Oscar, tendo sido indicada a outros três troféus da Academia, e uma das estrelas do clássico ‘... E o Vento Levou’ (1939), Havilland teve como grande rival ao longo de toda sua vida pessoal e profissional a irmã, a também atriz Joan Fontaine (1917-2013).
A tensão entre as duas teve sua origem na infância delas, mas chegou ao seu ápice no ano de 1942, quando as duas concorreram ao Oscar na categoria de melhor atriz, Havilland por seu trabalho em ‘A Porta de Ouro’ (1941) e Fontaine por sua atuação em ‘Suspeita’ (1941). O troféu acabou nas mãos da irmã mais nova, Joan, na época com 25 anos.
“Meu Deus. Eu perdi prestígio para a minha própria irmã”, chegou a lamentar Havilland na época, após ser derrotada por Fontaine na premiação da Academia de Artes e Ciência Cinematográficas de Hollywood no ano de 1942. “Ela passou a ser mais altiva do que eu depois disso”, comentou Olivia anos depois da premiação.
No entanto a rivalidade entre as duas irmãs começou bem antes disso. Olivia nasceu em Tóquio, no dia 1 de julho de 1916, filha de um advogado e da atriz britânica Lilian Fontaine. Um ano depois nasceu a irmã dela. Os pais das duas se mudaram para a Califórnia, nos Estados Unidos, quando Olivia tinha três anos, para que ela fosse tratada contra sua asma.
Menos de um ano após a mudança, o pai das duas retornou para o Japão, para viver com sua antiga amante, deixando a esposa e as filhas sozinhas nos Estados Unidos. A ex-esposa se casou com um homem chamado George Fontaine, de quem Olivia nunca gostou. Já Joan sentia muita simpatia por ele e acabou adotando seu sobrenome.
“Eu não lembro de nenhum ato de carinho da Olivia durante toda a minha infância. Ela odiava a ideia de ter uma irmã e nunca chegou perto do meu berço”, reclamou Joan uma vez. No mesmo depoimento ela lembrou de um dever de casa da irmã, que era preciso fazer um testamento imaginário no qual ela escreveu: “Deixo a minha beleza para a minha irmã mais nova, Joan, já que ela não tem nenhuma”.
As tensões cresceram em 1933, quando Olivia tinha 17 anos: ela empurrou Joan em uma piscina e depois pulou em cima dela, quebrado a clavícula da irmã mais nova.
As duas fizeram seus nomes em Hollywood com o passar dos anos, De Havilland trabalhando principalmente para os estúdios Warner Bros e Joan para a RKO Pictures. Entre 1940 e 1950, Olivia foi indicada a cinco Oscar, vencendo por seus trabalhos em ‘Tarde Demais’ (1949) e ‘Só Resta Uma Lágrima’ (1947). Já Joan recebeu três indicações entre 1941 e 1944, levando seu troféu em cima da irmã em 1942.
Quando a mãe das duas morreu, em 1975, Olivia tentou excluir a irmã do funeral. Depois foi noticiado que Joan só impôs sua presença no evento após ameaçar tornar público o empenho da irmã mais velha em impedir sua participação no evento. Na época foi noticiado que as duas não trocaram olhares durante a cerimônia.
Já nos anos 80 foi noticiado pela imprensa internacional que Joan deixou um hotel no qual estava hospedada ao saber que a irmã havia acabado de se hospedar no mesmo local. Ao morrer, aos 96 anos, em 2013, Joan deixou dois filhos. Olivia também deixou dois filhos.
Texto 2:
Bette Davis y Joan Crawford. Shirley McLaine y Debra Winger. Julia Roberts y Meryl Streep. La historia del cine nos ha dejado numerosos enfrentamientos entre grandes estrellas, pero ninguno ha dado tanto que hablar como el que protagonizaron dos mujeres que, además de profesión, compartían algo irrenunciable: la sangre. Olivia de Havilland y Joan Fontaine mantuvieron, a lo largo de 96 años, el duelo más electrizante y personal de todos los tiempos. Estos son los 12 episodios claves de la eterna pelea entre dos de los mayores iconos del Hollywood dorado.
Walter de Havilland es un profesor de inglés de la Universidad de Tokio. Lilian Fontaine es una actriz de teatro. Ambos se conocen en Japón en 1913. Se casan en un año más tarde. Quince meses después del nacimiento de la pequeña Olivia en 1916, llega Joan, dispuesta a competir con aquella por la atención de sus padres, primero, y la del gran público y la industria de Hollywood, después.
La infancia de las actrices está marcada por la inestabilidad. En 1919 el matrimonio decide cambiar Japón por la soleada California con la esperanza de dejar atrás los problemas de convivencia surgidos por las constantes infidelidades de Walter. Poco después, la pareja se separa y los duros momentos que atraviesa la familia afectan a las niñas. Una desafortunada pelea acaba con Joan en el hospital. Tiene la clavícula rota. Olivia no da tregua a su hermana pequeña en ningún momento. La guerra salta al instituto cuando Olivia decide publicar un testamento ficticio en el periódico escolar en el que destaca una maquiavélica frase: “Le dejo a mi hermana la capacidad de ganar los corazones de los niños, algo que ella no tiene en la actualidad.”
Con Walter fuera del hogar familiar desde hace años, las hermanas tienen a su madre Lilian como único referente. Olivia y Joan pelean por su atención y, para sorpresa de absolutamente nadie, ambas heredan de ella el deseo de convertirse en actrices. Cada una usa el nombre de un progenitor diferente para que no las relacionen. La hermana mayor es la primera en llamar la atención de la industria, participando en una versión de Sueño de una noche de verano en 1935 e iniciando su larga serie de colaboraciones con Errol Flynn, con el que llegaría a protagonizar siete películas. Los estudios no hacen caso a Joan y su hermana consigue que la contraten para que ejerza como su chofer. "Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos", debe pensar Olivia.
Lilian Fontaine es consciente de que la convivencia entre Olivia y Joan es una bomba de relojería destinada a explotar, así que interviene en la carrera profesional de sus hijas. De Havilland es una de las grandes promesas de Warner Bros., así que Lilian le pide a su hija menor que, por el bien de las tres, se mantenga alejada del estudio que Jack Warner dirige con mano de hierro. Joan empieza a conseguir pequeños papeles en RKO, donde conoce poco después al legendario George Cukor, con el que trabaja en Mujeres en 1939.
El director está trabajando en varios proyectos a la vez, aunque ninguno tan importante como la mastodóntica aventura de llevar a la gran pantalla el best seller Lo que el viento se llevó. Según Joan Fontaine, ella es la culpable de que su hermana acabe interpretando el personaje de Melania. Según mantuvo ella misma durante décadas, Fontaine asistió al casting vistiendo de forma elegante y chic. Cukor la rechaza inmediatamente: “Eres demasiado elegante para este personaje”. Joan, sin saber que está cambiando el rumbo de la historia de la cultura pop, responde con un letal: “Bueno, ¿y has pensado en mi hermana?”.
La tensión entre las hermanas va más allá del terreno profesional. En 1939 Joan pasa por el altar por primera vez (lo haría tres veces más) para culminar su relación con el actor inglés Brian Aherne, con el que Olivia había salido anteriormente. La noche antes de la ceremonia, la entonces pareja de ésta, Howard Hughes, intenta convencer a Joan de que no se casase. El magnate está interesado sentimentalmente en Fontaine, algo que ésta cuenta directamente a su hermana. Olivia, como era de esperar, culpa a Joan de la situación y se abre una nueva brecha entre las dos.
Con la llegada de los años 40, los Oscar entran en escena en la historia de rivalidad de las dos hermanas. De Havilland es la gran favorita para llevarse el Oscar a la mejor actriz secundaria por Lo que el viento se llevó pero, para sorpresa de la industria, estupor de Olivia y no tan secreto gozo de su hermana Joan, Hattie McDaniel hace historia al recibir el primer premio de la Academia de la historia para una persona de color. Un año más tarde, la situación se invierte y es Joan Fontaine la que cede el Oscar a pesar de ser la protagonista de la ganadora del premio a la mejor película de ese año: Rebeca.
En 1942 se produce la batalla más importante de una guerra que no tiene visos de acabar. Las hermanas están nominadas al Oscar en la misma categoría en la misma edición. Joan por Sospecha, Olivia por Si no amaneciera. Y entonces, el nombre de Fontaine es anunciado. La ganadora se queda paralizada y es su hermana quien, sentada en la otra punta de la mesa, debe hacerse cargo de la situación. La vencedora recordó el momento en sus memorias. “Olivia me mandó subir al escenario. Toda la animosidad que habíamos sentido la una por la otra desde pequeñas, los tirones de pelo, las salvajes peleas físicas, la vez que Olivia me rompió la clavícula… Todo volvió de repente. Mi parálisis en ese momento fue total ”.
En la mejor de las fantasías hollywoodienses, los premios de la Academia siguen acogiendo los momentos más trascendentales de la guerra fría entre las hermanas. Cinco años más tarde del duelo, Olivia de Havilland iguala el marcador con su estatuilla dorada por Vida íntima de Julia Norris. Joan Fontaine asiste desde el patio de butacas al momento de gloria de su hermana y, después del discurso de agradecimiento de ésta, decide acercarse a felicitarla personalmente. Lo que sucedió a continuación es la fantasía con la que Hedda Hopper nunca se atrevió a soñar y un momento icónico que el fotógrafo Hymie Fink supo captar a tiempo. Olivia, con el Oscar en la mano, le da la espalda a una sonriente Joan que parece alegrarse honestamente por el éxito de su hermana. Minutos después, Olivia justifica el momento diciendo que “las relaciones entre ambas llevan un tiempo deterioradas”. Henry Rogers, el publicista de de Havilland no muestra ningún interés en apagar el fuego. “No han hablado en cuatro meses. Esto es algo que se ha repetido a lo largo de los años, desde que no eran más que niñas.” Tres años más tarde, la mayor de las hermanas vuelve a ser reconocida con un Oscar por su trabajo en La heredera.
La relación entre las hermanas tiene sus altos y bajos durante las siguientes décadas, en los que no coinciden demasiado. Cada hermana sigue su propio camino. Mientras Fontaine sigue disfrutando de su estatus en la industria, Olivia vuelve a ir en contra de Hollywood y decide mudarse a París, ciudad en la que ha vivido durante los últimos sesenta años.
En 1975 se produce un nuevo encontronazo cuando su madre Lilian muere. Joan no está en Estados Unidos en el momento de la muerte, así que no participa en la decisión sobre cómo y cuándo debe ser el entierro de la matriarca de la familia. La hermana menor amenaza con llamar a la prensa si no le dejan ir a despedirse de su madre. Finalmente, Joan puede asistir al adiós de Lilian Fontaine, pero evita la conversación con su hermana. Su distanciamiento se mantiene durante varios años, en los que apenas hablan o se ven.
Los Oscar vuelven a ser el escenario del reencuentro público de las hermanas, aunque siempre en la distancia. De Havilland y Fontaine son invitadas a subir al escenario para celebrar el 50 aniversario de los premios, pero lo hacen desde lados extremos del escenario. Diez años después la situación vuelve a repetirse y Joan, según se publicó entonces, pide expresamente que la cambien de hotel para no tener que coincidir con su hermana. Esta sería la última aparición de la hermana pequeña en la ceremonia, mientras que Olivia tiene el honor de presentar la histórica reunión de ganadores en el 75 cumpleños de los premios de la Academia.
En 1978 Joan Fontaine había confesado a People una de las claves de su complicada relación con su hermana. “Olivia siempre dice que yo tengo que ser la primera en todo. Me casé antes. Gané el Oscar antes. Tuve un hijo antes. Si muero antes que ella, se pondrá furiosa porque hasta eso tuve que hacerlo primero.” El 15 de diciembre de 2013, la profecía de Joan Fontaine se hace realidad. Olivia de Havilland gana el combate definitivo, aunque el comunicado que lanza después de conocer la muerte de su hermana es sobrio y perfectamente correcto.
Tres años más tarde, Olivia consigue la única meta que se le escapó a su hermana Joan: convertirse en centenaria y ser la superviviente de mayor edad del Hollywood clásico. Hasta hoy.

segunda-feira, 22 de maio de 2023

Retrato de Olivia de Havilland (Portrait of Olivia de Havilland Galante) - Lucien-Philippe Moretti

 


Retrato de Olivia de Havilland (Portrait of Olivia de Havilland Galante) - Lucien-Philippe Moretti
Coleção privada
OST - 56x32 - 1957


When actress Olivia de Havilland met the formidable Queen of Warner Bros., Bette Davis, on the set of In This Our Life (1942), Davis' initial competitive instinct was to upstage de Havilland. She couldn't have been more surprised when de Havilland ignored her actions and approached Davis with self-confidence, playfulness, and warmth. From that point on, there was no rivalry between the two; instead, they became lifelong friends. Not your average Hollywood story. But then again, Olivia de Havilland was not your average Hollywood actress.
Dame Olivia de Havilland had the distinction of being a strong and spirited personality that, coupled with her grace and kindness, made her an anomaly in the cutthroat world of Hollywood. Born in Tokyo in 1916, de Havilland was brought to the United States when she was a child. Whether her feistiness was innate or developed because of this environment, it served her well during a life and career which brought about many challenges.
Acting was in the de Havilland blood; her mother was an actress and encouraged her daughters to perform in stage plays in their hometown of Saratoga, California. After catching the eye of Max Reinhardt, who cast her in a stage version of A Midsummer Night's Dream and then in the film version, de Havilland became an overnight sensation in Hollywood, even as she struggled with whether or not that was the trajectory to which she aspired.
Almost immediately, she was paired with another newcomer at Warner Bros., Errol Flynn. Together they made eight movies, and made film history with their dazzling on-screen chemistry in such films as Captain Blood (1935), The Charge of the Light Brigade (1936), The Adventures of Robin Hood (1938), and others. At the same time that she was experiencing this success, she was feeling restricted by her Warner Bros. contract which limited the depth of her roles and forbade her participation in stage plays. Every time she took a suspension, her seven-year contract was extended, a seemingly vicious cycle that saw no end in sight to her contractual obligation.
A mere six years after her first major film role, de Havilland appeared in producer David O. Selznick's Civil War epic, Gone with the Wind (1939), believed by many to be the greatest movie ever made. On loan from Warner Bros. to Selznick, she was subsequently nominated for a Best Supporting Actress Academy Award and is best remembered for this role as the sweet but steely Melanie Hamilton Wilkes. One would think that there was no place to go but down after this fast track to stardom, but de Havilland was a force of nature who had only scratched the surface of her talent and fortitude.
In the years that she was dealing with the restrictions of her Warner Bros. contract, de Havilland became more and more frustrated. She decided to take on the studio by filing a lawsuit, something Bette Davis had previously tried and in which she failed to succeed. In the historic 1943 case, de Havilland won the suit which became known as "The de Havilland Decision." She felt it was one of her greatest professional accomplishments, as it paved the way for performers to have creative freedom and avoid being locked in never-ending contracts. She paid the price for her perseverance by being virtually blacklisted for the next few years, during which she used her time to contribute to the World War II effort and other philanthropic endeavors.
The late 1940s would bring de Havilland both personal and professional happiness. Her marriage to Marcus Goodrich resulted in the birth of their son, Benjamin, and her career reached its professional peak with three Best Actress Academy Award nominations, two of which she won, for To Each His Own (1946) and The Heiress (1949). She was one of the top box office moneymakers during this time and into the 1950s and '60s with such films as Devotion (1946), The Snake Pit (1948), My Cousin Rachel (1952), Not as a Stranger (1955), Light in the Piazza (1962), Hush ... Hush, Sweet Charlotte (1964), Lady in a Cage (1964), and many others. In 1951, she returned to her stage roots and appeared on Broadway as Juliet in Romeo and Juliet, again in 1952 in Candida, and in 1962, she paired with her old co-star from 1942's The Male Animal, Henry Fonda, in A Gift of Time.
In a testament to her ability as an actress, de Havilland never found herself stereotyped; once she was freed from her Warner Bros. contract and the romantic ingenue roles from many of her early films, de Havilland played characters of rich texture, ones that challenged her and revealed to audiences the depths of her dramatic aptitude.
In the mid 1950s, de Havilland married Paris Match Secretaire General, Pierre Galante, moved to Paris and gave birth to daughter Gisele. It was a courageous move for a woman whose career was still going strong in the United States, but family and motherhood were of the upmost importance to de Havilland. She continued making movies and took on the medium of television, appearing in miniseries, TV movies, and episodic television, along the way garnering a Golden Globe for Anastasia: The Mystery of Anna (1986). Her philanthropic efforts continued as well, resulting in honours such as the French Legion of Honour and being made a Dame Commander of the Order of the British Empire. Her last professional television role was in 1988, but she remained in the public eye throughout the rest of her life, even demonstrating for photographers how she could still ride a bike shortly before her death in 2020 at the age of 104.