Mapa "Viagem de D. Luis de Céspedes Xeria da Vila de São Paulo de Piratininga a Ciudad Real de Guayrá, na Província do Paraguai, em 1628", Primeira Iconografia Conhecida da Cidade de São Paulo, São Paulo, Brasil - Artigo
Acervo do Museu Paulista, São Paulo, Brasil
Cópia do Original Mantido em Sevilha, Espanha.
Mapa
Luis de Céspedes García Xería fue un militar y político español.
Durante sus primeros años se enroló en el ejército, donde prestó servicios a la
corona española en el Virreinato del Perú, y luego pasó a la Capitanía General de Chile, donde
desarrolló su carrera militar luchando en los fuertes y reducciones indígenas,
al final de estas campañas llegó hasta el rango de capitán.
El 15 de diciembre de 1624, en una carta escrita
por el Consejo de Indias para el monarca Felipe IV, aparece como uno de los candidatos
propuestos para hacerse cargo de la Gobernación del Paraguay; sin embargo, ya
en 1623 hubo propuestas para que Céspedes fuera gobernador y capitán general
en Venezuela y también en la Florida española. Pero entre los motivos que el
Consejo lo propusiera para dicho cargo en aquel territorio fue por su
experiencia militar, ya que desde hace tiempo en el Paraguay se lidiaba con el
problema de las constantes incursiones de los bandeirantes.
El 6 de febrero de 1625, el rey lo designa
Gobernador y Capitán General del Paraguay. En marzo de 1627 ya se encuentra
en Bahía, posteriormente en febrero de 1628 llega a Río de
Janeiro, donde contrae matrimonio con Victoria de Sá, sobrina del
gobernador Martín de Sá. En junio y julio se trasladó a las ciudades de Santos y São Paulo,
donde hizo requerimientos a las autoridades de la Capitanía de San Vicente. Luego siguió la
ruta del Tieté hasta
llegar al río Paraná, donde finalmente llega en Ciudad Real el 18 de
septiembre de 1628 y toma posesión de su cargo. El 23 de octubre, es
recibido por el Cabildo y Justicia Mayor de Villa Rica del Espíritu Santo, allí fue
reconocido y se realizó la procesión del Estandarte Real.
A partir de 1628 se inician las grandes incursiones de los
bandeirantes que terminarían asolando todo el Guayrá y
el Itatín.
Un contingente de 900 blancos y mamelucos, más 2.000 indios tupíes auxiliares
divididos en 4 compañías partieron de São Paulo en
dirección a las reducciones jesuíticas para capturar y esclavizar a los
indígenas que allí residían. En una de estas compañías lideraba el renombrado
jefe de esta expedición Antonio Raposo Tavares, que desde joven ya
servía a las bandeiras y fue uno de los lugartenientes de Manuel Preto.
En septiembre atravesaron el río Tibagi, ya en territorio
español, donde se dedicaron a cazar indios de esa zona. En enero de 1629 y por orden de
Raposo Tavares, atacaron la reducción de San Antonio llevando y matando todo a
su paso. La misma suerte corrió la reducción de Jesús María, donde otra columna
comandada por Manuel Mourato capturó a unos 1.500 indios. En las regiones al
este del Paraná, donde habían 13 reducciones, los bandeirantes continuaban con
sus incursiones. La cantidad de indios capturados para diciembre de 1629 se
contabilizó entre 8.000 y 9.000, de las cuales sólo 1.500 llegaron a São Paulo,
producto de la marcha forzada y las atrocidades cometidas por los mamelucos y
tupíes.
Sólo las reducciones de Loreto y San Ignacio continuaban
habitadas, y como los asaltos paulistas proseguían de todas formas, el padre
jesuita Montoya ordenó despoblar esas áreas, reubicándolos en la actual
mesopotamia argentina, no sin sufrir grandes pérdidas durante el trayecto.
Estas invasiones y despoblamientos supusieron el final del dominio español en
el Guayrá.
Más tarde los bandeirantes concentraron sus ataques en la
región del Itatín, en el actual territorio brasileño de Mato Grosso del Sur, con el mismo resultado
ocurrido en Guayrá. La villa de Santiago de
Jerez, que fue fundada en 1580 y se encontraba
establecida en esta zona, desapareció para siempre en el año 1632.
Ante esos desastrosos hechos, el gobernador Céspedes Xería
nunca tomó una seria medida para tratar de neutralizar estas incursiones, lo
que levantó sospechas entre los pobladores de la provincia de la complicidad
del gobernador con los portugueses, sumado a esto su estancia por Brasil y su matrimonio
con una portuguesa comprometían aún más al gobernador. Como resultado fue
destituido del cargo y fue enviado a la Audiencia de Charcas, donde fue procesado
y condenado. Más tarde también fue enviado a Buenos Aires en 1635, donde se lo hizo
otro proceso en su contra, con el mismo resultado.
Sua presença em São Paulo trouxe estranheza e disse dos
paulistas horrores ao rei, proibido que estava aos espanhóis o trânsito por
terras de Portugal - comenta o historiador Afonso d'Escragnolle Taunay em «O
Epos Bandeirante e São Paulo Vila e Cidade» in “Ensaios Paulistas”, 1958. Os paulistas então
seriam, segundo afirmou Céspedes, uns quatrocentos homens brancos capazes de
pegar em armas, e tendo como sequazes uns poucos milheiros de índios «bestiales
y buen flecheros».
Céspedes professava os mesmos sentimentos escravistas dos que
injuriava. «Tudo faz crer que viera comparticipar dos resultados da grande
empresa predatória que Manuel Preto e Antônio Raposo Tavares preparavam,
para arrasar os grandes aldeamentos guaranis que
os jesuítas espanhóis mantinham ao sul do rio
Paranapanema.
Céspedes viu a vila com as casas fechadas, pois mulheres e
filhos permaneciam no campo; considerou os paulistas turbulentíssimos, belicosíssimos («Vienen
al pueblo los dias de fiesta y eso armados con escopetas rodelas y pistolas,
publicamente consintenlo las justicias. Porque ja non son mas que en la
aparencia y son como las demas muertes, cuchilladas y otras insolencias,
matandose y aguardandose en los camiños todos los dias.»).
Suas informações ao Rei denunciam seu caráter mas são
interessantes para conhecer São Paulo no século XVII.
Inclusive o tosco desenho que fez do Paço do Conselho da vila é o primeiro
documento iconográfico sobre São Paulo, anexado ao mapa e relato de sua descida
pelo rio Tietê até Ciudad Real del Guayrá (está hoje
em Sevilha,
no Arquivo Geral das Índias).
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