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quarta-feira, 5 de março de 2025

Aspectos da Calle Defensa, Buenos Aires, Argentina

 








Aspectos da Calle Defensa, Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires - Argentina
Fotografia


En la Ciudad de Buenos Aires, entre callejuelas empedradas y edificaciones que cuentan historias centenarias, se encuentra Defensa, una arteria que se erige como testigo del pasado en el pintoresco barrio de San Telmo. Este rincón de la capital argentina no sólo es reconocido por su arquitectura colonial, sino también por su feria, un mercado callejero que transforma la calle los domingos en un festín de artesanías, antigüedades y sabores.
Defensa, con su recorrido de sur a norte, atraviesa los barrios de San Telmo y Monserrat para culminar su travesía en la emblemática Plaza de Mayo. En su tramo central, aún conserva edificaciones que remontan a la época colonial, un recordatorio tangible de los años que han forjado la identidad de Buenos Aires. Este rincón urbano, que hoy lleva el nombre de Defensa, rinde homenaje a la defensa valiente de la ciudad durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807.
Con sus 1,8 kilómetros de extensión, la calle Defensa ha sido testigo de los cambios y transformaciones de la ciudad a lo largo de los siglos. A través del tiempo, ha adoptado varios nombres, reflejando las distintas etapas de la historia porteña. Desde Mayor en 1738 hasta su denominación actual en 1849, cada nombre encapsula una parte de la narrativa rica y compleja que define a Buenos Aires.
Durante los domingos, la calle Defensa cobra vida con la Feria de San Telmo, un evento que atrae tanto a locales como a visitantes. Los puestos de artesanos, antigüedades, comida y ropa se despliegan a lo largo de la calle, ofreciendo una experiencia única. Además de explorar la feria, los visitantes pueden disfrutar de la oferta gastronómica en los bodegones y parrillas tradicionales, así como explorar galerías de arte, tiendas de diseño y museos que salpican los alrededores.
Defensa, con su empedrado que resuena con la historia, no sólo es una calle, es un viaje a través del tiempo. Cada adoquín cuenta una historia, cada edificación susurra secretos del pasado. En San Telmo, donde la tradición y la modernidad coexisten, sigue siendo el escenario donde convergen la historia colonial y la vitalidad contemporánea, un recordatorio de que las calles de una ciudad pueden ser más que simples senderos; pueden ser portadoras de la identidad y el alma de una nación. Texto do Ciudadano News.
Texto 2:
Buenos Aires' Calle La Defensa is a memorable street any day, but especially on Sundays, when crowds gather to walk, shop, dance, eat and have fun interacting with the street performers.
Calle La Defensa in San Telmo is one of the oldest and most emblematic neighborhoods in Argentina, which maintains most of its original architecture and cobbled stone streets. Its historic claim is as a "refuge of friendship and happiness" because it has been home to immigrants from all over, which has made it a gathering place for ex-pats, artists, and the tango scene.
We have made a number of trips to Buenos Aires over the years, always making a point to visit San Telmo and Calle La Defensa.
More recently, we understand that there have been attempts to take parts of the street and put them under government control. What is important to remember, in times like these, is that the magic of this street lies in the self-organizing nature of its activities. This was obvious to us because of the camaraderie we witnessed all along the street.
The street is at once lively and relaxed, dotted with vendors, dancers, singers, and curbside conversations: It is clearly a place to which people are drawn, and where they feel comfortable taking time to connect.
The narrow street teems with people, and performers weave themselves into the mix. Tango dancers seem to be everywhere along the route and in nearby plazas, enticing onlookers with bold moves and flashy outfits.
Street performers are part of a "family" of friends; some are local celebrities; others are trying things out to see what kind of crowd they can draw.
In addition to tango performances, pedestrians often walk among living statues, musicians, puppeteers, and more.
Performers of all ages line the streets in a friendly competition for attention, giving performances ranging from the serious to the humorous.
Among all of this activity, vendors advertise their wares: The Calle La Defensa Street Market is full of artisans and entrepreneurs proud of their work.
Food is everywhere in the street market. It is on display, or cooked in the open. Meanwhile, corner cafés reach out onto sidewalks and merge with the activity along the street.
Toward the southern end of the street is Plaza Dorrego, with a famous Sunday market. It is one of the oldest squares in the whole of the city, and its weekly antique market is full of curiosities and local handicrafts. It is a major gathering place just to hang out...
Improvisation and collaboration lay the basic underlying foundation for this great street. It is the backbone of a community of people who know and care for each other: something to which every public space must aspire. At the same time, it is a "performance" street on many levels: People meet one another while sharing the pleasure of particular vendors/performers. Even non-performers are there to see and be seen.
Each section of Calle La Defensa has its own identity. But what is common among its various parts is a shared feeling of spontaneity. Because performers are sprinkled throughout the space, the street becomes one continuous and interactive stage. Because local entrepreneurs use the street, rather than individual stalls, they are woven together into a stream of vendors. All in all, Buenos Aires' Calle La Defensa is an example of all the good that can come from letting improvisation be the defining force.
Calle La Defensa is full of people from all over, and its mix of vendors and performers lend it a type of excitement not found in many places around the world. It evokes Barcelona's Las Ramblas, a place whose renown is well-deserved due to its sheer volume of activity. This is certainly one of the most dynamic streets anywhere, especially during market hours on Sundays. We will add other "Streets" to this collection. The ones we will share should be represented as a group of UNESCO World Heritage Sites. Trecho de texto de Fred Kent e Kathy Madden / Social Life Project.
Nota do blog: Data 2024 / Crédito para Jaf.

quinta-feira, 27 de fevereiro de 2025

Basílica de Nuestra Señora del Rosario / Convento de Santo Domingo, Buenos Aires, Argentina














































































































Basílica de Nuestra Señora del Rosario / Convento de Santo Domingo, Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires - Argentina
Fotografia


Texto 1:
El terreno donde se alza esta basílica fue cedido a la orden de los dominicos a comienzos del siglo XVIII. La construcción del templo actual comenzó en 1751 bajo la dirección del arquitecto turinés Antonio Masella, pero se completó recién hacia fines del siglo. La torre oeste fue añadida más tarde, en 1856. A comienzos del siglo XX se erigió en el atrio el mausoleo del General Manuel Belgrano, obra del escultor italiano Ettore Ximenes. En esta iglesia se refugiaron los soldados ingleses durante la invasión de 1807, y en su interior se conservan las banderas arrebatadas a las fuerzas agresoras. También se exhiben dos emblemas que Belgrano tomó del Ejército realista español y que luego ofrendó a la Virgen María. Texto do GCBA.
Texto 2:
La orden dominicana se asentó a comienzos del siglo XVIII en la manzana que hoy ocupan su iglesia y convento. El templo actual, que reemplaza a las primitivas construcciones, comenzó a levantarse en 1751 según planos del arquitecto Antonio Masella. En 1762 se hizo cargo de las obras el alarife Francisco Álvarez, y a partir de 1774 intervino el arquitecto Manuel Álvarez de Rocha. La iglesia fue consagrada en 1783, cuando aún faltaban trabajos de terminación en el techo y la torre izquierda. Secularizada la Orden bajo la ley de Reforma Eclesiástica impulsada por el gobierno de Bernardino Rivadavia, se instaló en una celda del convento la primera sede del Museo de Historia Natural, y en la torre un observatorio astronómico. La puerta de acceso al convento se destaca entre los mejores testimonios de la ciudad colonial.
En el siglo XX la iglesia fue elevada al rango de basílica, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. La fachada fue poco modificada a lo largo de su historia: en 1849 se levantó la torre derecha, y a fines del siglo XIX el sencillo coronamiento curvo fue reemplazado por un frontón recto y liso. Tres arcos con rejas dan acceso al nártex; otras dos puertas, bajo las torres, se corresponden con las naves laterales. El interior del templo tiene tres naves, la central con bóveda de cañón corrido y cúpula sobre el crucero, y mantiene el carácter simple de las iglesias del período colonial, sólo alterado en parte por el agregado de revestimientos de mármol esculpido en la nave principal.
Allí se exhiben las banderas tomadas a los ingleses durante la Segunda Invasión, cuando éstos ocuparon el templo, que fue desalojado tras duros combates (aún se observan marcas de los proyectiles de cañon en la torre izquierda). En las capillas laterales se conservan retablos de los siglos XVIII y XIX. El altar mayor fue destruido en junio de 1955, y lo reemplaza otro de diseño contemporáneo. En el atrio se encuentra el mausoleo del general Belgrano, realizado en 1897 por el escultor Ximene. Texto do Governo da Argentina.
Texto 3:
Tras la llegada a Buenos Aires de la orden religiosa de los Dominicos, entre 1601 y 1602, los padres fray Pedro Cabezas, fray Juan Beloso, fray Juan Rivero y fray Bernardino de Lárraga permutan a la Orden de los Mercedarios un Solar en donde comienzan la construcción del convento, bajo la advocación de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, «para que los religiosos tuvieren donde se recoger cuando a este puerto llegasen» escribía Cabezas.
La iglesia comenzó a construirse en el año 1751, y se inauguró parcialmente en 1773. Es uno de los templos que mejor conserva las líneas originales, con su planta jesuítica de tres naves y sus capillas laterales de poca profundidad.
En 1762 se hizo cargo de las obras el alarife Francisco Álvarez y en 1774 el arquitecto Manuel Álvarez de Rocha. La iglesia fue consagrada el 17 de octubre de 1773, sin estar finalizada, mientras el arquitecto Manuel Álvarez Rocha continuaba la obra de Masella. Al año siguiente se concluyó la torre Este. El 11 de febrero de 1792, cuando se reunieron las donaciones necesarias, se comenzaron los cimientos del Convento de Santo Domingo. Se concluyó hacia 1805, según deduzco por la ausencia de registro de gastos destinados a esta obra posteriores a ese año.
Características de Nuestra Señora del Rosario:
La puerta de acceso al Convento se destaca entre los mejores testimonios de la ciudad colonia. Cuando el arquitecto Mario J. Buschiazzo restauró el Cabildo de Buenos Aires, hizo réplicas de estas puertas.
El templo tiene tres naves, la central con bóveda de cañón corrido y cúpula sobre el crucero. En las capillas laterales se conservan retablos de los siglos XVIII y XIX. En 1849 se termina la torre Oeste (derecha). El sótano detrás del presbiterio data de 1873 y la sacristía y las capillas de San Vicente y del Rosario, de 1885.
En el año 1894 los arquitectos Auguste Plou y Oliver reformaron el templo. Se modifica el coronamiento original (curvo), dotándolo de un frontis quebrado (recto y liso). Tres arcos con rejas dan acceso al nártex. Otras dos puertas, bajo las torres, se corresponden con las naves laterales. El interior mantiene el carácter sencillo de las iglesias coloniales, solo alterado por el agregado de revestimientos de mármol esculpido en la nave principal
Manuel Belgrano y Nuestra Señora del Rosario:
Un mausoleo en el atrio aloja los restos del estadista, general y creador de la bandera argentina Manuel Belgrano, quien fue sepultado con el hábito de la orden de los dominicos. La obra pertenece al escultor Ettore Ximenes y fue realizada en 1897.
Se eligió ese lugar para guardar sus restos ya que el cursó sus estudios primarios en la escuela del Convento. Además, fue un ferviente devoto de la Virgen del Rosario. Hay historiadores que aseguran que los colores de la bandera Argentina fueron elegidos por Belgrano en honor a esa virgen.
También están sepultados los restos de sus padres y de Antonio González Balcarce jefe del Ejército del Norte en la expedición al Alto Perú y vencedor en Cotagaita y Suipacha en 1810, Hilarión de la Quintana y la urna funeraria del general José Matías Zapiola, nieto de Lezica, completan el panteón nacional de este histórico templo.
Hay historiadores que aseguran que originalmente Belgrano estuvo enterrado bajo una placa de mármol sacada del baño de su casa que aún está en el atrio de la Iglesia. Y que el cuerpo del General no está en el ataúd sino detrás de unas placas de bronce con altorrelieves que muestran la batalla del Norte y la creación de la bandera.
Invasiones inglesas:
Durante la misa del 1º de Julio de 1806, en la celda prioral del convento de Santo Domingo, el capitán de navío Francés Santiago de Liniers mantuvo una conversación secreta con el prior fray Gregorio Torres. Liniers acababa de llegar a Buenos Aires, después de solicitar y obtener de William Carr Beresford permiso para entrar en la ciudad.
En los días de la invasión, había permanecido al frente de la batería de la Ensenada, distanciado de los combates que culminaron con la derrota de las fuerzas del Virreinato. Por lo mismo, estaba libre del compromiso, impuesto a los soldados españoles capturados, de no tomar nuevamente las armas contra los británicos.
Liniers, en consecuencia, estaba decidido a lanzarse nuevamente a la lucha para liberar a Buenos Aires. Y así se lo comunicó, con emocionada determinación, al prior de Santo Domingo, según está escrito en el Libro de Actas de la Cofradía del Santísimo Rosario: "Estoy resuelto a hacerlo, reverendo padre. Hoy mismo, en el transcurso de la Misa, he hecho ante la imagen sagrada de la Virgen un voto solemne. Le ofreceré las banderas que tome a los británicos si la victoria nos acompaña. Y no dudo que la obtendré si marcho a la lucha con la protección de Nuestra Señora, hoy mismo partiré a Montevideo a encontrarme con el señor gobernador de esa plaza, Don Pascual Luis Huidobro, para que nos ayude en la reconquista."
Promesa cumplida a Nuestra Señora del Rosario:
Liniers cumplió con su promesa, liberó Buenos Aires y en el camarín del templo se guardan celosamente dos de las seis banderas tomadas a los ingleses, las otras cuatro se encuentran en el Convento de Santo Domingo en la ciudad de Córdoba.
No conforme con esta derrota el ejército inglés volvió a intentar conquistar Buenos Aires a comienzos de 1807. Las columnas de los coroneles Denis Pack y Henry Cadogan intentaron marchar sobre la Plaza Mayor, pero fueron rechazadas por el Regimiento de los Patricios que, al mandó de Cornelio Saavedra, estaban atrincherados en el Colegio de San Carlos (actuales Bolívar y Moreno). Pack se retiró entonces a la iglesia de Santo Domingo, ocupada ya por las tropas del general Robert Craufurd, y enarbola en lo alto de la torre la bandera del regimiento 71, depositada en ese templo por Liniers después de la reconquista de 1806.
Cadogan, a su vez, busca refugio con los restos de la columna en la denominada “casa de la Virreina Vieja” (Peru y Belgrano). En esos dos bastiones los británicos se proponen resistir hasta recibir los refuerzos que el general John Whitelocke, a cargo de la invasión, debe enviarles. El comandante supremo inglés, sin embargo, nada atina a hacer en apoyo de sus subordinados.
Rechazada la embestida inglesa, las fuerzas de la defensa pasan al contraataque. El convencimiento de que la victoria ya ha sido lograda da al asalto un ímpetu arrollador. En Santo Domingo, Craufurd y Pack ofrecen desesperada resistencia, pero deben finalmente deponer las armas. El templo, acribillado a balazos, recibe también los impactos de los cañones emplazados en las calles y de las baterías del Fuerte.
A este último desastre se suma también el fracaso del contingente británico que avanza por el flanco opuesto. Sus columnas, después de sufrir terribles pérdidas, se repliegan hacia Retiro, acosadas incesantemente por las tropas y el pueblo. Termina así la jornada del día 5 de junio de 1807. Hoy, en su torre se ven claramente las huellas de las balas resultantes de ese tiroteo.
Expulsión:
En 1823 Bernardino Rivadavia, expulso a las congregaciones religiosas del país y decretó que la Iglesia fuera utilizada como Museo de Historia Natural (funcionó hasta 1854), bajo la dirección del botánico italiano Pablo Ferrari. En la parte alta de la iglesia se instaló además un observatorio astronómico y un gabinete meteorológico dirigidos por otro italiano, Octavio Fabricio Mossotti.
Allí mismo funcionó un aula de física experimental donde Mossotti dictó cátedra entre 1828 y 1834. Sus observaciones sobre un eclipse de sol y sobre el cometa Encke fueron publicadas por la Sociedad Real Astronómica de Londres. También en esa época se abrió la actual cortada 5 de Julio donde se encontraba el huerto, partiendo en dos al Convento.
Juan Manuel de Rosas:
El 22 de octubre de 1835 Juan Manuel de Rosas hizo retornar al país e instalar en su Convento a los domínicos. El decreto está firmado de puño y letra, y en él se justifica la devolución a la comunidad de los bienes que le habían sido confiscados por el gobierno de Rivadavia. En mérito a esta resolución Rosas fue nombrado hermano de la Orden.
Otros datos de Nuestra Señora del Rosario:
En 1910 la iglesia elevada al rango de Basílica por el papa Pío X. El 8 de octubre de 1922 la imagen de Nuestra Señora del Rosario recibió la coronación pontificia y hubo una gran procesión en celebración.
El 21 de mayo de 1942, el Convento fue declarado Monumento Histórico Nacional por decreto.
Durante los incendios del 16 de junio de 1955, se perdieron parte de sus documentos y reliquias. En 1961 comenzó el proyecto de restauración luego de los destrozos.
Objetos históricos de Nuestra Señora del Rosario:
En el interior del convento pueden admirarse: Dos banderas del Regimiento N.º 71 Highlanders, que intervino en la primera invasión inglesa. Dos estandartes de la Marina Real Británica ofrendadas por Liniers a la virgen del Rosario. Dos banderas conquistadas por Belgrano a los españoles en su campaña al Alto Perú.
Objetos artísticos y religiosos:
El riquísimo retablo del altar mayor, los valiosos cuadros del Rosario y de Santa Rosa de Lima, los preciosos ornamentos y magníficos altares de hermosas tallas; las espléndidas esculturas de San Vicente Ferrer de 1773, de Santo Domingo Penitente de 1779 y del Santo Cristo del Buen Viaje; los quince misterios del rosario ejecutados en artísticos mosaicos de Venecia; y la venerada imagen de la Virgen del Rosario de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires, traída del Perú, la cual cuenta con más de trecientos cincuenta años de existencia. Esta histórica imagen fue trasladada desde la catedral al templo de Santo Domingo a fines del siglo XVIII.
Existe en la sacristía un valioso cuadro de los Santos Fundadores, pintado en 1762. Es doblemente histórico por su antigüedad y por conservar los impactos de las balas inglesas que lo perforaron en las invasiones.
Una curiosidad de la Basílica Nuestra Señora del Rosario:
En su libro "Las mil y una curiosidades de Buenos Aires", Diego M. Zigotto asegura que la veleta de la torre derecha tiene una figura de perro pues los dominicos llevan ese nombre por Domini canis, los guardianes del señor. La veleta izquierda es la silueta tradicional de un gallo que simboliza la vigilancia. Se dice que en lo alto de las iglesias otea el horizonte y se encarga de ahuyentar los demonios. Texto do Iglesias de Buenos Aires.
Localizada na calle Defensa 422.
Nota do blog: Data 2024 / Crédito para Jaf.