Columna Metereológica / Coluna Metereológica, Calle Perú e Adolfo Ansina, Circa 1910, Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires - Argentina
Fotografia
Al acercarse el Centenario de la Revolución de Mayo, la mayoría de las colectividades extranjeras en nuestro país resolvió festejarlo donando monumentos, fuentes, torres, columnas conmemorativas, etcétera. Así lo hicieron los españoles, franceses, italianos, alemanes, suizos, entre otros.
Los austro-húngaros formaron el 28 de julio de 1909 una Comisión de Homenaje presidida por Nicolás Mihanovich, con Roberto Kraus como secretario, Rudolf Klaich como tesorero y Prinz Odeslachi, Luis Ziegler, Anton Veegele, Albert Winter y Juan Vicksaavich, en calidad de asesores.
Formaban parte de la misma las máximas autoridades del Imperio en nuestro país y el embajador Norbert Ritter von Schucker fue designado Presidente Honorario.
Esta Comisión fue la encargada de obtener los medios económicos necesarios para donar a la Nación Argentina un monumento denominado “Columna Meteorológica” que debía realizarse en mármol blanco de la isla de Brac, situada en el Adriático, otorgándose al ingeniero José Marcovich, austríaco de origen croata que se encontraba en nuestro país, la ejecución del proyecto.
La Columna Meteorológica:
El obsequio de la colectividad astro-húngara costó 42.000 coronas austríacas que fueron recolectadas entre sus miembros más destacados; esta suma equivalía a 20.000 dólares de la época y a 10.000 pesos moneda nacional, según la valuación de nuestras autoridades municipales.
La Columna debía apoyarse sobre una plataforma circular de 8 m de diámetro con tres peldaños de granito. Constaba de tres secciones; la inferior era un basamento cuadrangular de 1,40 m de altura en cuyas caras debía llevar placas con inscripciones alusivas. Sobre este basamento se apoyaría un cuerpo octogonal con ocho nichos revestidos de zinc, con puertas de bronce y ventanas de cristal. Allí iban a ser colocados los instrumentos de medición.
La sección media, el fuste de la columna, tenía en su parte inferior una placa de piedra sostenida por manijas de bronce con una inscripción. “LA COLONIA AUSTRO-HÚNGARA A LA NACIÓN ARGENTINA EN EL CENTENARIO DE LA FIESTA DE LA INDEPENDENCIA”.
En la parte superior, en un friso octogonal se colocarían ocho relojes que darían la hora de ocho ciudades del mundo, Londres, Viena, París, Madrid, Roma, Nueva York, Tokio y Berlín. Los relojes serían puestos en funcionamiento mediante a un mecanismo preciso, iluminándose por la noche. La hora local sería dada por un reloj de sol colocado a un costado.
Adornos trabajados en bronce ornamentarían los paneles del friso, continuando sobre el fuste como guirnaldas, compartimentándolo con la intención de grabar en los entrepaños los nombres de los hombres más destacados de la ciencia mundial.
La sección superior, el remate de la columna, sería una esfera doble de bronce de un metro de diámetro representando la bóveda celeste en su círculo zodiacal: cáncer, tauro, piscis, capricornio, acuario y libra estarían trabajados en relieve y en su interior se ubicaría la Tierra con sus cinco continentes. Todo el monumento sería ejecutado en Austria.
La fiesta de inauguración:
Dado la complejidad de los elementos que la componían, la Columna no pudo realizarse dentro de la fecha programada. En las fiestas mayas de 1910 el Imperio estuvo oficialmente representado por una delegación comercial y, en el desfile militar, por un destacamento de la marina de Su Majestad que llegó el 6 de mayo en el acorazado Karl VI, procedente de Trieste. Ellos fueron recibidos por una comisión de recepción integrada, entre otros, por los señores Santiago Turino y Antonio Radonich.
La piedra fundamental se colocó recién el 7 de noviembre de 1910 y dio lugar a una animada fiesta en la que actuó la banda de música de la Infantería Imperial Austríaca que ejecutó el Himno Nacional y el austro-húngaro y, a continuación, pronunciaron sus discursos el ministro de Austria, señor Norberto Schucker, y el ministro del interior de nuestro país, en representación del Poder Ejecutivo. Estaban presentes el príncipe Windischgraetz, el senador Krupp, el capitán barón Edilja, los hermanos Nicolás, Miguel y Pedro Mihanovich, el cónsul Post von Szentmiklos y los señores Kaich Weber, Schanz Sucham, Schweizar Winter, von Eisenstein Feldocher y otros destacados miembros de la colectividad con sus esposas.
Se suscribió un acta que fue colocada en una urna junto a varias monedas y los ejemplares de dos diarios matutinos.
Al año siguiente, el 9 de octubre de 1911, en la plazoleta de Perú y Alsina, donde hoy se encuentra el monumento al general Roca, se inauguró finalmente la Columna Meteorológica. El emplazamiento, sugerido por la Comisión de Homenaje había sido aceptado por el Director de Paseos de la Municipalidad, Ing. Carlos Thays.
Si observamos la fotografía del día de inauguración, podremos apreciar que hubo algunos cambios en el proyecto original. Así, no se grabaron los nombres de los hombres de ciencia en el fuste de la columna, ni se colocaron las placas alusivas en la parte inferior del basamento. También se cambió el nombre de uno de los relojes reemplazando Berlín por Buenos Aires, evitándose así el reloj de sol que debía señalar la hora oficial.
Vicisitudes del monumento y destino actual:
A sólo un año de su inauguración, el 7 de noviembre de 1911, el ingeniero Alberto Natale procedió a la primera mutilación: el retiro de los aparatos, que se destinaron al Laboratorio de Gas de la Municipalidad, situado en Moreno 330, desconociéndose la causa que motivó tan desafortunada medida.
El material de precisión que contenía la Columna estaba compuesto por un reloj maestro, ocho relojes de precisión de 25 a 30 cm de diámetro, un barográfomo P.A. 40, un termógrafo modelo T.M 26, un higrómetro modelo U.M. 70, un termómetro de máxima y mínima, un psicrómetro a termómetro húmedo y seco y un panel de instrucciones para interpretar los gráficos de los instrumentos.
Poco tiempo después comenzaría el traslado de la Columna: de la plazoleta de Alsina y Perú pasó a la plaza Rodríguez Peña y de allí finalmente al Jardín Botánico donde se encuentra en la actualidad.
Vanos fueron los intentos de ubicar y recuperar el valioso instrumental. En 1955, el Sr. Francisco de Luca dirigió al Intendente una nota solicitando se restaurara la Columna en su estado original.
El tema preocupó en diversas ocasiones a la Dirección de Monumentos y Obras de Arte de la Municipalidad que, en 1961, propuso la colocación de los ocho relojes. La moción no prosperó porque el Consejo Municipal de Obras Públicas consideró que los trabajos solicitados no eran necesarios.
En 1977, el Servicio Meteorológico Nacional volvió a ocuparse del asunto, enviando una nota al intendente metropolitano, estimando “que constituiría un acto de justiciera reparación hacia la colectividad donante, actualmente nucleada en la colonia yugoeslava, la restauración en cuestión”, ofreciendo los servicios técnicos del Centro Instrumental para reponer los artefactos de precisión, si ellos aún existieran. Los originales no pudieron ser localizados y la Fuerza Aérea Argentina, consultada sobre el particular, consideró que dado el lugar de ubicación de la Columna, un paseo público, no era conveniente instalar instrumentos de alta precisión que podrían ser fácilmente dañados o robados.
En nuestro afán de localizar el instrumental perdido, comenzamos por dirigirnos al Laboratorio de Gas de la Municipalidad mencionado en 1911, hoy Laboratorio de Ensayos de la mencionada repartición. Según los inventarios de ese departamento, los instrumentos no se encuentran allí, pero el director, ingeniero Davisiuk, señaló que si la colectividad solicitaba a la Municipalidad la restauración de la Columna, esa dependencia podría reponer los relojes y quizá fabricar parte del material faltante.
En la actualidad se puede observar que han continuado las mutilaciones y no sólo faltan los relojes y el instrumental sino también las puertas de las vitrinas y las manijas de bronce que se hallaban sobre la banda que dice: “A LA NACIÓN ARGENTINA -1910- COLECTIVIDAD AUSTRO-HÚNGARA”.
No obstante, el estado de la columna en sus aspectos estructurales permanece inalterable. Texto de María del Carmen y María Beatriz Magaz y Arévalo / Buenos Aires Historia.
Nota do blog 1: La columna emplazada en Perú y Alsina, circa 1910. Donde hoy se encuentra el monumento al general Roca, se inauguró finalmente la Columna Meteorológica. Terminaría en el Jardín Botánico.
Nota do blog 2: Na imagem é possível observar o monumento com seus instrumentos de precisão originais, posteriormente retirados por ordem de Alberto Natale.
Nota do blog 3: Data circa 1910 / Autoria desconhecida.
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