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quarta-feira, 11 de dezembro de 2024

Madroños o Mantilla Roja (Madroños o Mantilla Roja) - Carlos Federico Sáez

 







Madroños o Mantilla Roja (Madroños o Mantilla Roja) - Carlos Federico Sáez
Malba Museu de Arte Latino-Americana de Buenos Aires, Argentina
Óleo sobre tela montada - 51x46 - 1900


Una muchacha cabizbaja de perfil, María Luisa, la hermana menor del artista, lleva en su cabeza un chal rojo, el mismo que aparece abocetado en otras obras realizadas por Sáez hacia la misma época y con las que la pintura de Malba se enlaza estilísticamente: El chal rojo (1898) y Estudio (1899), ambas pertenecientes al Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.
Sin embargo, es en Madroños donde el objeto cobra el mayor protagonismo y se vuelve una clave interpretativa de la obra. Las mantillas de madroños, o madroñeras, fueron un tipo de mantilla a la goyesca que se volvió popular, a comienzos del siglo XX, entre las mujeres españolas de clase alta para asistir a romerías o a la plaza de toros. Realizadas en tejido de malla y ornadas con cordones y borlas, su nombre proviene de la similitud de su forma con el fruto de los madroños.
La obra está fechada en 1900, año en que Sáez regresó a Montevideo desde Europa, luego de culminar su segunda estadía romana. En sus dos estancias de formación, el joven uruguayo había establecido nutrido contacto con la colonia española de artistas radicados en la Ciudad Eterna. En primer lugar, tomando clases con Marceliano Santa María, pero, además, frecuentando los talleres de Francisco Pradilla Ortiz y José Villegas Cordero. Si asumimos que la mantilla es la misma que aparece en El chal rojo –realizado en Europa–, es seguro que Sáez la incluyó en su equipaje de regreso a su tierra natal, demostrando así el apego que tenía con este objeto y, principalmente, con sus cualidades plásticas. Es decir, el chal no era una prenda del vestir habitual de su hermana María Luisa, sino un indumento con el que el artista la hizo posar para componer su obra, reafirmando de ese modo el carácter ficcional de la pose, por más que la protagonista de su pintura proviniese de la cotidianeidad de su entorno doméstico. En este sentido, podemos ir más allá y pensar en la impronta hispánica que se condensa en el modo de usar esta mantilla, enlazando esta obra no solo con los maestros españoles del uruguayo y sus pinturas de manolas, sino también con toda una corriente de hispanofilia que se despertaría en el Río de la Plata hacia comienzos del siglo XX y que se reactivaría en el contexto del Centenario argentino, uno de los primeros ámbitos de exhibición de esta pieza.
En 1900 Sáez ya estaba gravemente enfermo; no es casual, entonces, que gran parte de los sujetos de sus pinturas pertenecieran a su familia. Particularmente, María Luisa, quien entonces tenía dieciséis años, se convierte en modelo repetido de los dibujos y pinturas que su hermano realiza hacia el fin de su vida.
Si temáticamente Madroños puede emparentarse con los maestros españoles, su factura –que se aleja de la composición rígida y del dibujo académico para hacer predominar los trazos gestuales y la mancha– testimonia las afinidades con los italianos que fueron referentes del sudamericano, más concretamente con la obra del napolitano Antonio Mancini. La pintura está compuesta del modo usual en que Sáez resolvía los retratos hacia esos años, aquel que hacía al público uruguayo juzgarlos como “incompletos” o “abocetados”. La carga matérica y el modelado se concentran en el rostro apenas visible de la joven y en las borlas bermellón que lo enmarcan. Sobresalen la carnosidad de los labios cerrados y la nariz algo prominente, dando cuenta de la habilidad del pintor para sintetizar los rasgos fisonómicos de la retratada. El resto de la vestimenta y el fondo están apenas esbozados, con pinceladas rápidas y vigorosas que testimonian el gesto tenso del pintar.
Para fines del siglo XIX, estas pinceladas evidentes funcionaban como un sintagma inequívoco de modernidad a partir del repertorio visual instalado por el impresionismo. La impronta melancólica de este cuadro comparte el tono omnipresente en la mayoría los retratos de Sáez. En este sentido, por más que la expresividad de Madroños haya sido interpretada como presagio de la cercana muerte del pintor, no podemos dejar de insertar esta obra dentro de una clima de época, decadentista y bohemio, del que Carlos Sáez participó de forma activa durante su vida romana y que halló en la melancolía un topos recurrente. Así, su hermana María Luisa es, como en tantas obras contemporáneas, una excusa para desplegar visualmente el también llamado spleen o mal del siglo. Texto de María Isabel Baldasarre / Malba.
Nota do blog: Imagens 1 e 2, data 2024, crédito para Jaf / Imagem 3, data desconhecida, crédito para o Malba.

Quiosque em Canaletas, Barcelona, Espanha (Quiosco de Canaletas) - Rafael Barradas










Quiosque em Canaletas, Barcelona, Espanha (Quiosco de Canaletas) - Rafael Barradas
Barcelona - Espanha
Malba Museu de Arte Latino-Americana de Buenos Aires, Argentina
Aquarela, guache e grafite sobre papel - 47x62 - 1918

Balcanización social y emergencia de la individualidad, vivencia íntima de la vida cotidiana, contingencia y temporalidad son datos del ambiente cultural al que fue sensible Barradas durante su segunda estadía en Barcelona (1916-1918), un ambiente que compartió con su coterráneo Joaquín Torres García y, en parte, también con el pintor ecléctico español Celso Lagar. Fue precisamente a través de este último como conoció a Torres García en agosto de 1917. Lagar venía de una larga estadía en París, donde había tenido contacto con el cubismo de Picasso y de Juan Gris y también con el orfismo de los Delaunay. Este dato no es menor, dado que, en su relación con Barradas, éste debió de ser receptivo a ciertas ideas de Lagar, y especialmente al uso de las formas curvas que heredaba de la estética orfista. La amistad llegó al punto de que el pintor uruguayo, arribado a la capital española en agosto de 1918, le organizó una exposición a Lagar en el Ateneo de Madrid en noviembre de ese año.
En una conferencia sobre Barradas que Torres García brindó en Montevideo en 1936, decía:
Todos saben la pasión de Barradas por el café, […] tenía su mesa favorita que se podía reconocer fácilmente por estar llena de esos dibujos con que siempre acompañaba sus peroraciones, mesa junto a seis cristales que daban a la plaza y desde la cual se veía todo el vibracionismo callejero.1
Torres García utilizó aquí el término vibracionismo, que fue con el que Barradas bautizó su obra temprana barcelonesa (1917-1918). Su primera enunciación pública posiblemente haya sido en la revista Arc Voltaic, dirigida por Joan Salvat Papasseit, aparecida en febrero de 1918. En ella Barradas publicó un dibujo (Bonanitingui) hecho en 1917, que llevaba como leyenda “Dibuix Vibracionista”, y el término se repetía en la carátula de la revista: “Vibracionisme de idees; Poemes en ondes Hertzianes”.
Si bien los ejercicios vibracionistas cobraron soltura en las acuarelas que Barradas realizó en 1917, en 1918 se hizo notoria la tendencia a lograr una estructura dentro de la cual el artista se permitía todo tipo de juegos plásticos, saturando el plano pictórico con diferentes recursos (líneas, puntos, manchas) y dotándolo de una alta densidad cromática.
Es dentro de este grupo de obras donde cabe ubicar Quiosco de Canaletas. En esta pieza pictórica, una multiplicidad de fragmentos escénicos están contenidos en formas angulosas que se interpenetran. El uso de estas formas quebradizas que definen la dinámica del cuadro estaba también presente en las escenas de café pintadas en París. Según testimonio de su hermano, Antonio de Ignacios, en esa época Barradas solía decir: “Estoy convencido que la emoción es un ángulo”.
En la citada conferencia, Torres García señalaba, precisamente:
Otro aspecto a considerar: la forma geometrizada. Tal círculo está formado por una serie de ángulos, tal forma irregular nos la da por un rectángulo, tal objeto estará solo iniciado: es que cada forma de éstas buscará de complementarse o rectificarse en el espectador, y así logra el artista otro modo de vibración, algo viviente que no darían los objetos representados normalmente.
Estas consideraciones son totalmente aplicables a Quiosco de Canaletas, cuyo dinamismo interior resulta de una estructura geométrica básica consistente en un eje vertical cruzado por dos diagonales que se interceptan en la zona central. Esa geometría rectora subyacente parece cortar el espacio y las cosas contenidas en él, de manera que éstas resultan incompletas desde el punto de vista figurativo, fragmentadas y adosadas entre sí, conformando un universo plástico pasible de múltiples lecturas. Hay otros elementos en Quiosco de Canaletas que suelen reiterarse en las pinturas que Barradas realizó en 1918, como el diálogo entre semicírculos (algo que recuerda los recursos del orfismo), la presencia del reloj, de las letras y los números, y también uno de los más llamativos: la ilusión de profundidad, que aparece pautada por medio de la fragmentación de las partes. En efecto, los primeros planos (en tonos más opacos) están constituidos por formas de mayor tamaño cuya fragmentación está claramente delineada, mientras que los planos de fondo (de colores luminosos) se configuran mediante un entramado complejo de formas cada vez más pequeñas, resultante de una fragmentación creciente hacia la zona central del cuadro.
Sin embargo, el vibracionismo no consistía en un mero problema visual; no era solo una estrategia gráfica y pictórica para registrar las yuxtaposiciones ópticas y las apariencias simultáneas que ofrecía el espectáculo de la vida moderna, sino que constituía un acto de síntesis en el que se conjugaban dos tiempos diferentes: el efímero transcurrir de la vida urbana en perpetuo movimiento, por un lado, y la intemporalidad interior del yo, por el otro. Es ese interiorismo lírico de Barradas el que se perpetúa a lo largo de toda su obra. Texto de Gabriel Peluffo Linari / Malba.
Nota do blog: Imagens 1 a 3, data 2024, crédito para Jaf / Imagem 4, data desconhecida, crédito para o Malba.

sexta-feira, 25 de agosto de 2023

Medalha da 1º Copa do Mundo de Futebol, 1930, Uruguai



 


Medalha da 1º Copa do Mundo de Futebol, 1930, Uruguai
Uruguai
Fotografia


Nota do blog: Medalha da 1º Copa do Mundo de Futebol, realizada no Uruguai. Apresenta o brasão de armas do Uruguai e a inscrição AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol). O verso apresenta imagem de monumento. Confeccionada em bronze, diâmetro 28 m/m.

quarta-feira, 26 de julho de 2023

Selo "Centenario del Registro de Nacionalidad Uruguaya de Carlos Gardel", 2020, Uruguai


 

Selo "Centenario del Registro de Nacionalidad Uruguaya de Carlos Gardel", 2020, Uruguai
Uruguai


Hoy ya no hay dudas. Gardel es uruguayo, nacido en Tacuarembó, como lo expresan sus documentos"
Desde su nacimiento Gardel estuvo signado por el problema de no tener documentos que acreditaran su identidad. El derecho a la identidad hoy está consagrado como uno de los derechos esenciales del ser humano, sin embargo no era tan así en los tiempos en que Gardel nació y vivió.
Cuando nació, en el año 1884, no fue inscripto en los registros porque se trataba de un hijo “adulterino”, o sea su padre era casado con otra mujer. A su vez la madre del niño era menor de edad y tampoco podía presentarlo por sí sola, como madre soltera.
Eso sin contar que la familia quiso ocultar dicho nacimiento a toda costa y por lo tanto no iba a tratar de “registrar” el mismo de ninguna forma. La costumbre de no “inscribir” a los niños nacidos no era inusual en la época, de hecho muchas personas vivían indocumentadas durante toda su vida, sobre todo en el interior del país y más aún en la campaña profunda.
Pero sí no era tan “normal” en familias de cierto estatus social y con responsabilidades de gobierno o representación diplomática; recordemos que el coronel Escayola era, en ese momento, jefe político y de policía del departamento de Tacuarembó y el padre de María Lelia Oliva (madre de Gardel) era cónsul italiano en la zona.
Sin embargo, el nacimiento de Gardel nunca fue registrado, y vivió sus primeros años (hasta 1890) en la estancia “Santa Blanca” como “el guachito de Escayola”. Éste es el origen de las dudas planteadas sobre su identidad, en cuanto a quiénes fueron sus padres, la fecha de nacimiento y el lugar en que se produjo.
Se debe tener en cuenta que todos los documentos que dan fe sobre la identidad de Gardel fueron tramitados por él mismo, cuando ya era grande. Y los datos filiatorios los aportó el propio interesado, con testigos que conseguía en el momento para que avalaran su declaración. Algunos de esos datos Gardel los “maquilló”, otros los inventó, pero hubo uno con el que siempre fue consecuente : el lugar de nacimiento. En todos los documentos conocidos declara ser nacido en Tacuarembó, Uruguay.
¿En qué datos Gardel no decía la verdad?
El año de nacimiento _ Lo cambió en el primer documento de 1920 y ya después lo siguió manteniendo, (en lugar de 1884 declaró 1887, el mismo que su compañero Razzano). Una versión dice que lo hizo por coquetería de artista.
Otra versión afirma que “Gardel se dice nacido el año 1887, casi un año después de la viudez de su padre de Blanca Oliva, supuestamente con la esperanza de ser reconocido alguna vez como hijo natural no adulterino.(La ley no permitía que los hijos adulterinos fueran reconocidos)”.
Hay entrevistas de la época (a personas que lo conocieron y trataron mucho) que coinciden en que se sacaba por lo menos tres años de edad. En el año 1933 festejó en París, con amigos íntimos, su cumpleaños y declaró cumplir 49.
El día de nacimiento _ Resulta muy curioso que el día que Gardel declara haber nacido (11 de diciembre) es el mismo que figura en la partida de nacimiento de “el falso Gardel”, o sea Charles Romuald Gardes, nacido en Toulouse, el 11 de diciembre, pero de 1890. Este niño, que sí era hijo de Berta Gardes, no tenía ningún vínculo de sangre con el cantor. Hay dos teorías posibles a este respecto : O realmente el día de nacimiento coincidió. O Gardel tomó esa fecha a su antojo, pero sabiendo que era la del hijo de Berta, a esa altura ya desaparecido de Buenos Aires.
¿En qué datos no decía toda la verdad?
El nombre de sus padres _ En el primer documento tramitado (1920) declara que “sus padres eran Carlos (fallecido) y María Gardel (fallecida)”. Era cierto que los reales se llamaban Carlos y María. Pero no dio el apellido paterno. Y el materno lo acomodó al que él ya usaba: Gardel.
Era cierto también que ya eran fallecidos, porque Escayola murió en 1915 y María Lelia en 1905.
En cambio Berta Gardes en ese momento vivía (murió en 1942) y se dice que el cantor no hubiera declarado que su madre era fallecida si fuera Berta. Esta es una de las mayores pruebas de la falsedad del origen francés de Gardel y de que fuera hijo realmente de Berta Gardes.
¿En qué dato dijo siempre la verdad?
El lugar de nacimiento, siempre mantuvo el mismo lugar : “nacido en Tacuarembó, República Oriental del Uruguay”.
Documentación encontrada por los investigadores:
A fines de 1902, Gardel intenta documentarse en Montevideo, con el nombre de Carlos Escayola.
Pedro Baldasarre relató a Julio de Caro, que su padre, en 1902 autorizó a Gardel -que cumplía por entonces 18 años y era empleado de la familia Baldasarre en Buenos Aires, (se ocupaba de conducir carruajes)- a ir a Montevideo para obtener un documento de identificación.
Erasmo Silva Cabrera detectó dos inscripciones en el Registro Civil de Montevideo a nombre de Carlos Escayola, una del 4 de noviembre de 1895, que corresponde a un hijo del segundo matrimonio del coronel Carlos Escayola , llamado también Carlos, y que tendría 19 años en 1895.
Y otra del 10 de diciembre de 1902, sería la que motivó la referencia de Baldasarre, puesto que coincide con el año que él recordaba. Este último era un trámite para certificar partidas parroquiales de bautismo, hecho que permitiría documentar identidad. Es decir que alguien tramitó por segunda vez (hecho completamente fuera de lo común) un documento a nombre de Carlos Escayola, el día 10 de diciembre de 1902. Fue un intento de comenzar a documentarse de alguna manera, del joven cantor, que al parecer no prosiguió.
Documentos que utilizó en su vida:
Recién a los 34 años de edad Gardel obtuvo su primer documento de identidad oficial. El famoso “Registro 10052”, del 8 de octubre de 1920.
1) Registro de nacionalidad, 8 de octubre de 1920. (expediente 10052 radicado y a la vista en el Consulado Uruguayo de Buenos Aires).
En este documento dice haber nacido en Tacuarembó, el día 11 de diciembre de 1887, ser soltero, artista, domiciliado en la calle Rodríguez Peña 451 de la capital argentina. En los datos filiatorios, menciona como padre a "Carlos", de nacionalidad uruguaya, fallecido, y como madre a "María Gardel", de la misma nacionalidad y también fallecida.
2) Cédula de Identidad Nº 383.017 expedida en Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1920.
3) Carta de ciudadanía argentina Nº 218.125 de fecha 7 de marzo de 1923.
El 7 de marzo de 1923 Gardel comparece ante el Juez y expresa su deseo de obtener la carta de ciudadanía. Se presenta con dos testigos (Urruchúa y Brennan, ambos empleados de la Policía) y con el acuerdo del Procurador Fiscal el Juez le otorgará la carta de ciudadanía legal argentina. En este documento también queda claro que era uruguayo de nacimiento.
4) Libreta de enrolamiento Mat. Nº 236.001, de fecha 21 de junio de 1927.
El 21 de junio de 1927, Gardel cumplió con el nuevo empadronamiento ordenado por ley de ese mismo año. Se le extendió entonces la Libreta de Enrolamiento, Matrícula Individual 236.001, DM 2, Oficina Enroladora Sección 10.
Se mantiene el lugar de nacimiento, Tacuarembó, Uruguay.
5) Carta Valable (autorización para trabajar) expedida en París el 16 de marzo de 1931.
Se trata del permiso para trabajar allí. Sus constancias son las siguientes: Artista, nacido en Tacuarembó, el 11 de diciembre de 1887. Hijo de "Carlos", oriundo de Salto (Uruguay) y altera nuevamente el nombre de la madre, que esta vez es "María Martínez", nacida en Mendoza, Argentina. Consta su nacionalidad argentina, por naturalización.
6) Pasaportes:
El 11 de octubre de 1927 solicita por escrito nuevo pasaporte y certificado de buena conducta. Y abajo dice que recibió el pasaporte nº 383.017.
Más abajo dice que el 25 de noviembre de 1930, solicita nuevo pasaporte y certificado de buena conducta y firma, por Gardel, José Razzano. Se mantiene el lugar de nacimiento, República Oriental del Uruguay.
Son constancias de que recibió pasaporte y solicita otra vez en el año 30.
Pasaporte Reg. Nº 02421, expedido por el Consulado Argentino en Niza el 13 de diciembre de 1932. Renovado en Buenos Aires el 2 de Noviembre de 1933. Es el último documento que usó Gardel.
Se encontró chamuscado entre sus ropas cuando sucedió el accidente de Medellín, el 24 de junio de 1935.
7) Cédula de Identidad de Venezuela expedida el 20 de abril de 1935 (dos meses antes de su muerte).
Nacionalidad originaria uruguaya, argentina adquirida. Nacido en Tacuarembó, Uruguay, el 11 de diciembre de 1887. En este documento, Gardel reitera los datos de su nacimiento.
En todos los documentos que anteceden consta su nacimiento en Tacuarembó. En ninguno dijo ser nacido en otro lado.
Es claro que Gardel no era un mal hijo al negar a su madre en la documentación y darla por fallecida, sino que simplemente no era hijo de Berthe Gardès.
No viajó jamás con ella a Europa, no se fotografió jamás junto a ella.
Se cuenta que cuando un periodista intentó tomar una fotografía del cantor junto a la señora Gardel, aquel lo impidió diciendo: “¡No, eso no!”. El efecto de estas palabras en el periodista amigo fue desconcertante y Gardel, observándolo así, se apresuró a aclarar las cosas rápidamente: “Pobrecita, está ya tan achacosa…”
“Entrevistado por el periodista porteño Enrique Pepe, el músico Augusto P.Berto le comentó:
Un día vi cruzar por detrás de mi amiguito a quien yo tenía por su madre, como le buscaba le dije: ‘mirá Carlitos, te llama tu mamá’. Fue entonces que él me contestó ‘Ella no es mi madre, me recogió de chico’.”
“También el famoso cantor de tangos y actor de cine Hugo del Carril, le comentó a Gente (Buenos Aires, 27 de octubre de 1966): “Es un raro paralelo con Gardel ¿se dio cuenta? A él lo crió esa francesa que tampoco era su madre. Esa mujer era lavandera, la que me crió a mi era modista…”
Y el maestro Julio de Caro, amigo íntimo de Gardel, sostiene por escrito y con su firma, luego de afirmar personalmente que “Carlos Gardel es URUGUAYO” (las mayúsculas son de De Caro), comenta lo que dijera su amigo, el Doctor Pedro Baldasarre, con quien Gardel trabajara en su juventud, manejando una volanta “…sabemos por nuestros padres que Gardel es URUGUAYO […]. Para la señora Berta, Carlos es su hijo legítimo, para nosotros, no”.
Sin embargo, gracias a la trama urdida por el apoderado Armando Defino - una vez muerto Gardel - Berta Gardes logró aparecer como madre verdadera del cantor y se convirtió en su heredera. Por supuesto que hubo muchos cómplices para que esto pudiera ocurrir, cómplices por acción o por omisión. Muchos amigos de Gardel que conocían la verdad, callaron para no dejar a “doña Berta” como autora de una estafa al fisco argentino que era el que iba a recibir la herencia si no aparecían herederos reales. Cuando murió ella Defino siguió administrando lo que quedaba. Y José Razzano, que había callado a cambio de “algo”, apareció como dueño de todos los derechos de autor de Gardel.
El Uruguay entero también calló durante casi cuarenta años, hasta que Erasmo Silva Cabrera y los demás investigadores que lo siguieron, comenzaron la lenta reivindicación sobre el origen de Carlos Gardel. Hoy ya no hay dudas. Gardel es “uruguayo, nacido en Tacuarembó”, como lo expresan sus documentos.
Nota do blog: Versão uruguaia da nacionalidade de Carlos Gardel. A versão e o registro são mais falsos que o "Mundial do Palmeiras"...rs. Carlos Gardel sempre manteve a mesma história por uma simples razão: mudar seria confessar a mentira que sempre contou...

Cantor Carlos Gardel, Ícone Argentino e Uruguaio, Nasceu na França - Artigo

 









Cantor Carlos Gardel, Ícone Argentino e Uruguaio, Nasceu na França - Artigo
Artigo


Texto 1:
Expoente máximo do tango e ícone argentino, o cantor Carlos Gardel sempre teve sua nacionalidade disputada de forma acirrada pelos vizinhos Argentina e Uruguai. Apaixonados por tango, assim como os argentinos, os uruguaios se orgulhavam de afirmar que Gardel havia nascido no país, na cidade de Tacuarembó, antes de ir para Buenos Aires na infância. O próprio cantor gostava de alimentar a rivalidade afirmando: “Meu coração é argentino, mas minha alma é uruguaia”.
A história verdadeira, no entanto, é outra. Um grupo de pesquisadores encontrou um documento que coloca fim às controvérsias e prova que uma outra teoria sobre a cidade natal de Gardel é a correta: o cantor de tangos argentinos nasceu em Toulouse, na França, em 11 de dezembro 1890. “Encontramos a certidão de nascimento original de Gardel, da prefeitura de Toulouse”, anunciou na quarta-feira o argentino Juan Carlos Esteban, que ao lado dos franceses Georges Galopa e Monique Ruffié acaba de editar o livro El padre de Gardel (O pai de Gardel), resultado de uma pesquisa de dez anos sobre a vida do cantor.
Segundo os estudiosos, a mãe de Charles Romuald Gardés – o nome de batismo de Gardel – foi expulsa de casa pela família por ser mãe solteira e fugiu para a Argentina quando Gardel tinha dois anos e três meses. Anos depois, na época da Primeira Guerra Mundial, o cantor, como cidadão francês, deveria se apresentar a um consulado do país europeu em Buenos Aires para ser enviado ao campo de batalha. Sem nenhuma identificação com a França, Gardel ignorou a convocação e ficou em situação irregular, o que se tornou um problema quando sua fama alcançou status internacional e ele passou a receber convites para se apresentar na Europa. Em 1920, o cantor resolveu o contratempo ao conseguir uma certidão de nascimento uruguaia, onde registrou o seu nome artístico: Carlos Gardel.
Para corroborar a teoria, os pesquisadores se valem de outros documentos, como o testamento feito por Gardel em 1933 e depositado em um cofre, onde Toulouse é citada como a cidade natal do cantor.
O grupo de estudiosos diz ainda ter indícios sobre a real identidade do pai do cantor, outro grande mistério que cerca a vida de Gardel. O livro aponta o francês Paul Jean Lassere como o suposto pai do músico. Ele teria se casado seis anos depois da partida do filho ilegítimo para a Argentina e seria pai de duas outras filhas. De acordo com a obra, dois anos depois do nascimento de Gardel, Lassere foi preso em Paris por roubo, cumprindo pena de dois anos.
Carlos Gardel morreu de forma trágica, aos 44 anos de idade, em um acidente de avião da cidade de Medellín, na Colômbia, em 1935.
Texto 2:
En una investigación de más de diez años editada en el libro "El padre de Gardel", se devela la procedencia del Zorzal criollo, mostrando documentación que acredita que nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890, como la partida de nacimiento. Su verdadero nombre era Charles Romuald Gardes.
Los autores del libro, el argentino Juan Carlos Esteban y los franceses Georges Galopa y Monique Ruffié, revelan que Carlos Gardel vino al país a los dos años y tres meses en brazos de su madre, Berthe Gardes, quien fue expulsada de su familia en su país de origen por ser madre soltera. De allí que la patria adoptiva de Gardel fuera la Argentina, país que le dio su ciudadanía y residencia hasta su temprana muerte, a los 45 años, en un accidente aéreo en Colombia.
Según cuenta uno de los autores de la investigación, Juan Carlos Esteban, "nos propusimos analizar la genealogía de Gardel a partir de la madre. Nos centramos en aquellos elementos que tuvieran una documentación de base jurídica a partir de los dos juicios sucesorios: uno se suscitó a partir de la muerte de Gardel, en 1935, y otro en 1936 en Uruguay, donde tenía propiedades. La madre promovió el juicio sucesorio y se buscaron antecedentes de su nacimiento y registro en Toulouse".
"Gardel nació en 1890 y, cuando en 1914 se declara la Primera Guerra Mundial, él tenía 24 años y era ciudadano francés en la Argentina, entonces hubiera tenido que concurrir al Consulado Francés para inscribirse y marchar al frente. Gardel, por su formación y porque se sentía eminentemente argentino, no tenía un sentimiento patriótico de compromiso con Francia. Sí lo tenía con la Argentina. Entonces, no concurrió a registrarse. En 1920 la compañía de Rosas lo convocó para viajar a España por una temporada teatral. Él estaba indocumentado, porque el hecho de no concurrir a la embajada para registrarse como ciudadano francés le impidió recibir la cartilla militar y el registro en gendarmería", explica el autor.
"Entonces, él decidió en 1920 inscribirse en el consulado uruguayo amparándose en una legislación muy particular para súbditos uruguayos residentes en otros países. Se registró como uruguayo nacido en Tacuarembó tres años antes de su verdadero nacimiento: se anotó como nacido el 11 de diciembre pero de 1887. En vez de poner Gardes, se inscribió como Gardel, su nombre artístico", agrega.
"Con eso él consigue que le den un certificado provisorio por un año como uruguayo, pero no está registrada en ningún libro esa documentación, no aparece ni en la embajada, ni en relaciones exteriores, ni en el ministerio del interior del Uruguay. Tampoco hay partida de nacimiento de ahí tampoco. La partida es de Toulouse", revela.
Luego, el intérprete sacó cedula de identidad, pasaporte y certificado de nacionalidad argentino.
Además, la investigación revela que una supuesta media hermana de Gardel todavía vive en Toulouse, con 93 años. Uno de sus hijos tiene la idea de hacerse un ADN porque dice que es familiar de Gardel.
Texto 3:
Fue el hombre que universalizó el tango. «El zorzal criollo» o simplemente Carlos Gardel, con su cara de ángel y una voz insuperable, consiguió llevar el ritmo porteño por el mundo y por eso, 123 años después, países y ciudades reclaman ser el lugar de su nacimiento.
En las biografías oficiales se discuten dos teorías: la primera es que nació en Toulouse, Francia en diciembre de 1890, fue bautizado con el nombre de Charles Romuald Gardes y fue llevado a la Argentina hacia 1893, donde residió en el barrio del Abasto de Buenos Aires durante toda su infancia.
La segunda afirma que Carlos Gardel nació en Tacuarembó, un pequeño pueblo ubicado en el norte de Uruguay, en 1887 y que fue llevado de seis años de edad a vivir a Buenos Aires.
La base de esta segunda teoría estaba sustentada, entre otros, en una cédula de identidad expedida por la República Argentina que reconocía un certificado de nacionalidad uruguayo.
En dicho documento se afirmaba que el «Morocho del Abasto» había nacido en Tacuarembó. Pero nunca se había logrado ver o registrar en alguna investigación. Con los años se había convertido en casi un mito.
Hasta esta semana, cuando se dio a conocer la imagen del documento y se confirmó que una copia sería llevada como prueba al museo de Gardel en Tacuarembó.
Teoría uruguaya:
Cuando Gardel murió calcinado por las llamas en Medellín el 24 de junio de 1935, en su pasaporte, que fue rescatado de las cenizas, se podía leer que su lugar de nacimiento había sido Tacuarembó, Uruguay.
Desde entonces, especialmente desde la década del 60, se inició una cruzada para desmentir lo que para muchos era una verdad irrefutable, que el cantante había nacido en Toulouse, Francia.
«Hasta 1920, Gardel era un indocumentado que vivía en Argentina. Ese año, Uruguay emite una amnistía para que todas las personas en esta situación se puedan registrar. Es ahí donde Gardel diligencia su primer documento: el registro de nacionalidad uruguayo», explica a BBC Mundo la investigadora argentina Martina Iñiguez.
Iñiguez, quien por años ha documentado la teoría uruguaya sobre Gardel, sostiene que en ese papel, se consigna que se llamaba Carlos Gardel, que había nacido en Tacuarembó el 11 de diciembre de 1887 y que era hijo de Carlos y María.
«A partir de eso, él inicia el registro de todos sus papeles: cédula, enrolamiento, entre otros. El apellido es posible que lo haya tomado de alguien famoso que había muerto por esos días. Eso es lo que sabemos», explicó Iñiguez.
La prueba reina es una libreta colorada, percudida por los años, que corresponde a la cédula de identidad de Carlos Gardel. El documento, con huella y firma, dice que nació en Uruguay.
La fotografía obtenida muestra que el documento fue expedido por la República Argentina el 4 de noviembre de 1920.
Durante décadas, Iñiguez estuvo buscando la cédula de Gardel de la que tanto se hablaba. Solo hasta hace un par de años supo que estaba en manos de un coleccionista privado que no quería dar a conocer el documento de forma pública.
«Es importante porque fue el primer documento que tuvo Gardel en su vida y cada vez que lo renovó, siempre puso el mismo lugar de nacimiento. Hasta ahora, nunca habíamos podido tener alguna imagen», anotó
En Tacuarembó la noticia alertó a sus habitantes. Cada año, 15.000 turistas -de los cuales unos 1.500 son extranjeros- llegan a la ciudad para conocer la que sería la cuna del hombre que le dio voz al tango.
Después de conocerse la existencia del documento, funcionarios del gobierno local de esta ciudad uruguaya se pusieron en contacto con el coleccionista y con Iñiguez, con quien habían trabajado anteriormente, para adquirir algo relacionado con el papel.
«Desde este miércoles tenemos una copia de la imagen en nuestro museo. La idea es que podamos tener el documento real, que nos ayude a corroborar que este fue el lugar donde nació Gardel», le dijo a BBC Mundo el director general de Cultura de la Intendencia de Tacuarembó, Carlos Arezo.
Sin embargo, a pesar de la evidencia, todavía no queda la certeza sobre cuál teoría tiene la razón. Para eso, explican tanto Arezo como Iñiguez, se debe hacer una prueba ADN a los restos de Gardel, enterrados en el cementerio de la Chacarita en Buenos Aires, y los de sus supuestos padres, Carlos Escayola y María Lelia Oliva, quienes están sepultados en Tacuarembó.
«En varias ocasiones le hemos solicitado al gobierno argentino que nos permita realizar una prueba de ADN, que daría fin a esta disputa, pero se han negado. Es la única forma de que se confirme lo que nosotros sabemos por nuestras investigaciones, que Gardel nació en Uruguay», anotó.
La disputa continua, como lo admite Iñiguez, pero para ellos cada día está más cerca la certeza de que Carlos Gardel nació en Uruguay. «Te lo dice una argentina», concluye.

quinta-feira, 10 de fevereiro de 2022

A Polêmica Sobre o Resgate e Venda da Águia Nazista Recuperada do Naufrágio do Encouraçado Alemão Almirante Graf Spee no Uruguai - Artigo

 


Águia resgatada.


Águia resgatada.


A águia é resgatada no Uruguai.


Encouraçado Almirante Graf Spee.


Na imagem vê-se a águia na popa da embarcação (marcado com asterisco vermelho).


Encouraçado Almirante Graf Spee afunda ao largo da costa uruguaia em 17/12/1939.





A Polêmica Sobre o Resgate e Venda da Águia Nazista Recuperada do Naufrágio do Encouraçado Alemão Almirante Graf Spee no Uruguai - Artigo
Artigo


Texto 1:
O governo do Uruguai deve vender uma imensa águia nazista de bronze, resgatada de um navio de guerra da época da Segunda Guerra Mundial, decidiu um tribunal uruguaio nesta sexta-feira (22/06).
A águia de quase 350 quilos com uma suástica sob suas garras era parte da popa do encouraçado de batalha alemão Almirante Graf Spee, que foi afundado na costa do país sul-americano no começo da Segunda Guerra Mundial.
Por anos, o símbolo do Terceiro Reich tem sido objeto de controvérsia em torno de reivindicações alemãs de propriedade e objeções contra a peça ser exibida em público ou vendida.
A corte do Uruguai decidiu que a águia, que está armazenada em caixa de madeira num depósito naval, deve ser leiloada dentro de 90 dias, e os lucros, divididos entre os investidores do projeto que recuperaram a relíquia do fundo do Rio da Prata.
Segundo o jornal uruguaio El País, no passado, houve ofertas entre 9 milhões e 59 milhões de euros (39 milhões a 256 milhões de reais) pelo objeto histórico.
Anteriormente, a Alemanha já havia dito ser contra a comercialização de quaisquer símbolos do regime nazista, mas apoiaria a apresentação da águia dentro de um contexto histórico apropriado, como num museu.
Investidores privados com o apoio do governo do Uruguai realizaram trabalhos de resgate em 2004 para remover o pesado cruzador do Rio da Prata, já que o naufrágio representava um perigo para as rotas de navegação.
Em 2006, mergulhadores contratados pela família Etchegaray, que está por trás do projeto, descobriram a águia. Ela foi brevemente exposta em Montevidéu após ser restaurada. Posteriormente, foi levada ao depósito depois que a Alemanha protestou contra a exibição de "parafernália nazista".
O Graf Spee afundou vários navios mercantes aliados no Atlântico Sul antes que dois cruzadores britânicos e um da Nova Zelândia o interceptassem e danificassem durante a Batalha do Rio da Prata, que começou em 13 de dezembro de 1939.
Em seguida, o capitão Hans Langsdorff manobrou o navio para o porto de Montevidéu, onde foram lhe concedido três dias para remover marinheiros feridos e mortos. Ele então ordenou que o navio fosse afundado no estuário ao largo da costa, para impedir que os aliados tivessem acesso à sua tecnologia.
Os direitos sobre os destroços foram comprados em 1940 do governo alemão por espiões britânicos usando uma empresa de fachada uruguaia, para avaliar a tecnologia e o design de última geração do navio.
Em 1973, o Uruguai emitiu um decreto reivindicando a propriedade de todos os naufrágios em suas águas.
Texto 2:
O Uruguai enfrenta um delicado problema que evoca os tempos da Segunda Guerra Mundial: como vender uma águia de bronze que pertenceu a um encouraçado nazista?
A questão agora está sendo debatida, depois que a justiça uruguaia ordenou que o Estado se desfaça da peça — que tem uma suástica sob as garras do pássaro —, para pagar a quem a extraiu do fundo do Rio da Prata.
O emblema pertencia ao Admiral Graf Spee, um sofisticado navio de guerra do Terceiro Reich afundado na Baía de Montevidéu após uma batalha com navios britânicos em 1939.
Para o governo uruguaio, a questão tornou-se mais pesada do que as três toneladas que a escultura de bronze e as asas estendidas marcam na balança.
Tanto a Alemanha quanto as organizações judaicas alertam que existe o risco de que o símbolo vá a leilão e contribua para exaltar o nazismo.
"Alemanha e Uruguai compartilham o interesse de que o objeto não seja leiloado e, portanto, não seja usado incorretamente para glorificar o regime nazista", disse uma fonte oficial do Ministério das Relações Exteriores da Alemanha à BBC Mundo.
Mas, para entender como se chegou a essa situação, é preciso voltar no tempo.
A Batalha do Rio da Prata, que ocorreu no Graf Spee em 13 de dezembro de 1939, foi um dos primeiros duelos navais entre a Alemanha e o Reino Unido na Segunda Guerra Mundial.
Foi também a única batalha daquele conflito bélico em águas latino-americanas.
O veloz navio alemão, um "encouraçado de bolso" com seis canhões de 280 milímetros, cruzava o Atlântico Sul caçando navios aliados quando três cruzadores (navios de guerra) britânicos o avistaram e enfrentaram perto de Punta del Este, no litoral sul do Uruguai.
Após intensos combates que ceifaram mais de cem vidas, o Graf Spee foi afundado na baía de Montevidéu por ordem de seu próprio capitão, Hans Langsdorff, que temia que os britânicos se apoderassem de sua tecnologia.
Dias depois, Langsdorff suicidou-se em Buenos Aires.
O navio, com sua águia de bronze com mais de dois metros de altura ainda na popa, permaneceu no fundo do Rio da Prata por 67 anos, até que uma empresa privada recuperou a escultura em 2006.
A tarefa foi realizada com "visibilidade zero e risco muito alto devido ao ferro retorcido do navio, que se partiu em dois", diz Alfredo Etchegaray, um profissional de relações públicas uruguaio e organizador de eventos, que promoveu a missão com seu irmão após um acordo com o Estado de seu país.
Junto com a águia, porém, surgiram problemas inesperados.
Etchegaray queria leiloar a peça, mas as autoridades uruguaias na época congelaram os planos por suspeitas de que o certame poderia atrair simpatizantes do nazismo.
Após ficar um mês exposta em um hotel em Montevidéu, a águia foi mantida em um complexo militar sob custódia da Marinha uruguaia.
A disputa foi à Justiça e um tribunal de apelações do Uruguai confirmou em 24 de dezembro uma decisão de que o Estado deve vender a escultura e entregar metade do dinheiro obtido aos resgatistas privados, com base no contrato entre as partes.
O governo uruguaio ainda pode levar o assunto ao Supremo Tribunal de Justiça, e o Ministério da Defesa do país antecipa que "certamente se recorrerá" da sentença.
"Ainda há um longo caminho a percorrer", disse uma fonte da pasta à BBC Mundo. "A posição do governo é garantir por todos os meios que isso não leve de forma alguma a qualquer tipo de culto nazista."
Mas Carlos Rodríguez Arralde, advogado de Etchegaray, diz que "chama a atenção" que ninguém do Estado uruguaio tenha se comunicado com eles em busca de uma solução.
"Se [o Estado] não chegar a um acordo conosco, ele tem que vender as peças", diz.
Seu cliente diz que, em um leilão internacional com diferentes licitantes, ele acredita que poderiam ser obtidos cerca de US$ 50 milhões (R$ 270 milhões) pela águia.
Com a confirmação da decisão da Justiça uruguaia, nas últimas semanas ressurgiram as preocupações sobre o que acontecerá com o antigo emblema do Graf Spee.
Objetos desse tipo têm três destinos possíveis, diz Ariel Gelblung, diretor para a América Latina do Simon Wiesenthal Center, uma organização judaica global de direitos humanos que investiga o Holocausto e o ódio em contextos históricos e contemporâneos.
Uma possibilidade é que alguém queira ter a peça trancada em casa, explica. Outra, que sirva para expor os danos causados ​​pelo regime nazista. Segundo o especialista, nenhuma dessas alternativas seria censurável.
"A terceira [opção é que comprem] para reivindicar o que aconteceu. Esse caso acreditamos estar no âmbito criminal e essa é a preocupação", diz Gelblung.
No entanto, um empresário argentino radicado no Uruguai expressou outra motivação para adquirir a águia nazista: destruí-la completamente e evitar que se tornasse objeto de culto.
"Assim que a tiver em meu poder, imediatamente a explodirei em mil pedaços", disse Daniel Sielecki ao jornal Correo de Punta del Este. "Cada peça resultante da explosão será pulverizada."
Etchegaray, por sua vez, traça um "plano B" diferente para a venda: destinar a águia a um memorial pela paz em Punta del Este, com uma tela no lugar da suástica, que exiba imagens dos tempos da guerra.
Mas ele defende que, além de um consenso entre as partes, isso exigiria uma indenização milionária para os indivíduos que recuperaram a escultura, incluindo parentes do falecido mergulhador Héctor Bado.
"Juntando um valor próximo a US$ 10 milhões [R$ 54 milhões], tudo pode ser resolvido", diz Etchegaray. "Tenho três filhos adotivos e dois filhos meus. Tenho a responsabilidade de deixar a eles pelo menos o suficiente para pagar seus estudos."
Texto 3:
Em 2006, o mergulhador uruguaio Héctor Bado encontrou, no fundo do Rio da Prata, os destroços do couraçado alemão Graf Spee, afundado no início da Segunda Guerra Mundial pelo seu próprio comandante, nos arredores do porto de Montevidéu.
Financiado por dois empresários locais, os irmãos Alfredo e Felipe Etchegaray, ele, então, sacou dos restos do naufrágio a parte mais emblemática daquele histórico navio, na época o mais poderoso da Marinha Alemã: uma grande águia feita de bronze, com as asas abertas e a suástica nazista presa em suas garras, perto de 400 quilos de peso, que decorava a proa do casco do couraçado.
Começava ali uma novela, que, até hoje, quase duas décadas depois, ainda não terminou — e que teve um novo capítulo na semana passada, quando o atual presidente do Uruguai, Luis Lacalle Pou, anunciou um infeliz projeto, que ele mesmo havia concebido: derreter a águia e transformá-la na escultura de uma pomba, símbolo universal da paz.
O que, aos olhos do presidente uruguaio, pareceu ser uma boa solução para o incômodo objeto, que remete diretamente ao nazismo (e que, há nove anos, repousa dentro de uma caixa, em um depósito da Marinha Uruguaia, após o governo ter confiscado a peça dos seus descobridores, ao cabo de uma longa disputa judicial), caiu feito uma bomba entre historiadores, acadêmicos, museólogos e até membros da própria coalização política que dá apoio ao atual governo do Uruguai — sem falar no empresário Alfredo Etchegaray, que financiou o resgate da polêmica peça, mas que teve que entregá-la ao governo uruguaio, por determinação da justiça, e nunca recebeu um centavo por isso.
"Derreter aquela peça histórica para criar uma imagem artística é um completo absurdo", revoltou-se o empresário, ao saber da proposta do presidente — por quem, no entanto, ele diz ter "muita consideração". "É como retirar um bloco de pedra do Coliseum de Roma para fazer uma estátua de arte moderna".
A gritaria foi tamanha que, apenas dois dias após anunciar o seu plano — que já tinha até um artista plástico contatado para executar a obra —, o presidente do Uruguai voltou atrás.
"Uma esmagadora maioria não concorda com o projeto, e, se queremos a paz, a primeira coisa é buscar a unidade. Reafirmo que era uma boa ideia, mas um presidente precisa saber ouvir e representar o povo", disse Lacalle Pou, visivelmente constrangido com a situação.
Com isso, voltou à estaca zero o destino que será dado à controversa imagem, que, desde que foi retirada do navio afundado, virou uma dor de cabeça para o governo uruguaio, que, aparentemente, não sabe o que fazer com ela.
"Eu sei", diz Alfredo Etchegaray. "O lugar águia do Graf Spee é em um museu, já que é uma peça histórica. Sempre defendi isso, mas nunca fui ouvido pelos governantes do meu país. Temos que instruir, não destruir nossa História. Não podemos mudar o passado, mas podemos melhorar o futuro. As próximas gerações precisam saber o que foi o nazismo, e essa águia simboliza o que foram aqueles anos sombrios", diz o empresário, que garante ter gasto uma pequena fortuna para financiar o resgate da peça e, por isso, exige sua parte.
"O governo do Uruguai tem que honrar o contrato que assinou conosco na época do resgate. Ele previa que a águia seria enviada a um museu ou vendida para uma entidade cultural, e nós teríamos direito a metade do que ela vale", diz Etchegaray, tocando no ponto central da questão: a compensação financeira que ele sempre alegou ter direito de receber — e que o governo uruguaio desconversa, afirmando que o contrato não foi cumprido integralmente, porque apenas as partes do navio que interessavam ao empresário foram removidas, e não todos os escombros, que até hoje atrapalham a navegação nas imediações do porto da capital uruguaia.
E quanto vale a águia de bronze do Graf Spee?
"Difícil dizer, porque é um objeto histórico, com valor incalculável", exagera o empresário. "Mas estimo uns 60 milhões de dólares", diz Etchegaray, que sempre foi contestado pelo governo uruguaio, tanto no direito que alega ter sobre 50% do valor da peça, quanto no que diz que ela vale.
Nove anos atrás, Etchegaray conseguiu uma vitória parcial no caso, quando a justiça uruguaia determinou que a águia fosse leiloada, e parte do dinheiro arrecadado fosse destinado aos financiadores do seu resgate (o mergulhador Héctor Bado, que achou o objeto, morreu anos atrás, também sem nada receber por ele).
Mas, amparado na gritaria de entidade judaicas — e também do governo da Alemanha —, que temiam que a peça fosse arrematada por simpatizantes do regime nazista, o governo uruguaio recorreu da decisão, e a Suprema Corte do país decidiu que a polêmica peça passaria, então, a ficar sob a guarda do Estado, situação que permanece até hoje.
E sem nenhuma solução à vista, a não ser a destrambelhada proposta do presidente Lacalle Pou, de derreter a peça e transformá-la em uma "pomba da paz".
"Se querem fazer um símbolo de paz, que usem qualquer material, não o bronze da águia do Graf Spee, que é um objeto histórico", argumenta Etchegaray, que, enquanto esteve em poder da peça, chegou a colocá-la em exibição em um hotel de Montevidéu, de onde foi retirada, após a decisão da corte uruguaia.
Desde então, a polêmica imagem jaz em uma caixa de madeira, em um depósito, sob custódia da Marinha uruguaia, sem que ninguém do governo saiba o que fazer com ela.
Com sua proposta da semana passada, o presidente Lacalle Pou tentou livrar da batata quente que tem nas mãos, mandando, na prática, destruir o objeto.
Mas o plano fracassou.
Aguarda-se, agora, os próximos capítulos de uma novela que vem se arrastando desde que a imagem símbolo do couraçado Graf Spee foi resgatada do fundo do Rio da Prata, 67 anos após o teatral naufrágio do então principal navio de Hitler na Segunda Guerra Mundial pelo seu próprio comandante, o oficial Hans Langsdorff, que se matou em seguida, para que os segredos do navio não caíssem em mãos inimigas.
Nota do blog: Minha visão é que essa peça tem que ir para um museu, igual milhares de outras peças desse tema. Até porque destruí-la não vai mudar o que aconteceu, penso que deve ser conservada e ser objeto de estudo, para que as próximas gerações saibam o que aconteceu e não repitam os mesmos erros.

domingo, 1 de dezembro de 2019

Obelisco, Praça Internacional / Parque Internacional, Santana do Livramento / Rio Grande do Sul / Brasil e Rivera / Uruguai





Obelisco, Praça Internacional / Parque Internacional, Santana do Livramento / Rio Grande do Sul / Brasil e Rivera / Uruguai
Santana do Livramento, Rio Grande do Sul, Brasil e Rivera, Uruguai
Foto Sisto
Fotografia - Cartão Postal



A Fronteira da Paz é um trecho da fronteira brasileiro-uruguaia, que abrange as cidades de Rivera (Uruguai) e Santana do Livramento (Brasil). Este nome é resultado da cultura de integração surgida da convivência internacional pacífica de ambos os povos. A fronteira entre as duas cidades é terrestre, estando elas unidas (e não separadas) por uma linha divisória imaginária através de extensas ruas, avenidas e estruturas limítrofes denominadas "marcos".
Um símbolo dessa convivência fraternal é Praça Internacional (chamada alternativamente Parque Internacional), única praça binacional do mundo, compartilhada soberanamente em partes iguais, inaugurada em 26 de fevereiro de 1943, no período dos presidentes do Brasil e Uruguai, Getúlio Vargas e Alfredo Baldomir, respectivamente, enquanto o mundo atravessava as vicissitudes da Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
A praça tem uma área de aproximadamente trinta e três mil metros quadrados, formando um conjunto simétrico de um lado e outro da fronteira internacional. Em ambos os lados do mesmo o terreno tem um declive leve uma vez que a praça foi construída em três planos adaptados à topografia. Esta diferença é compensada por escadas e rampas transversais cobertas com grama.
O plano superior situa-se sobre o largo Hugolino Andrade, que também liga as cidades de Rivera e Santana do Livramento, configurado como um espaço jardim. De frente para o citado largo, foi construído um monumento símbolo da maçonaria e da comunhão uruguaio-brasileira: o obelisco. É um prisma triangular de 15 metros de altura, em cuja base estão representados os escudos nacionais do Uruguai e do Brasil, colocados em frente de seus respectivos países. Ambos os escudos foram esculpidos no arsenal do exército no Rio de Janeiro, e doados pelo Comitê Brasileiro de Limites.
Duas amplas escadarias centrais com motivos ornamentais comunicam com o segundo nível, em cujo centro há uma fonte luminosa. Para o sul um lance de escadas conduz ao monumento dedicado à Virgem Maria. Os passeios interiores de ambos os níveis são pavimentados com desenhos artísticos, emoldurados por uma simbólica cadeia de mármore em um fundo de pedra negra.
O nível mais baixo é um amplo espaço apropriado para encontros massivos.
A Praça Internacional já recebeu três visitas presidenciais conjuntas:
Em 10 de fevereiro de 1957 o presidente brasileiro Juscelino Kubitschek e Arturo Lezama, presidente do Conselho Nacional de Governo do Uruguai nesse ano, protagonizaram o primeiro encontro de mandatários na Praça Internacional.
O segundo encontro foi realizado em 6 de maio de 1997 entre os presidentes Julio María Sanguinetti e Fernando Henrique Cardoso.
A última visita conjunta ocorreu em 30 de julho de 2010 com a presença dos presidentes José Mujica e Luiz Inácio Lula da Silva.
No começo os dois povoados foram criados com fins militares, como vigilantes mútuos dos interesses de seus respectivos países. Porém, logo surgiu uma cultura de fronteira, alimentada por a necessidade de convivência entre os dois povos, que cada vez mais foram se transformando num só, distanciando-se da visão original que os governos de seus respectivos países possuíam.
É muito comum que famílias inteiras tenham integrantes das duas nacionalidades - e muitos desses integrantes têm as duas. Também é muito frequente que pessoas que moram num lado da linha divisória, trabalhem do outro. É normal que uma pessoa fale em espanhol e a outra responda em português e vice-versa. Também existe um idioma próprio da fronteira, o portunhol fronteiriço, compartilhado por muitos e que quase todos entendem.
O estudo das convenções luso-hispânicas pelo diplomata Fernando Cacciotore em seu livro Fronteia Iluminada, nos revela a força do Tratado de Tordesilhas, cujos trabalhos se desenvolviam ao longo da cumeada da Coxilha de Santana, sobre a qual corre a linha divisória. Ele louva a ação, esclarecida, do monarca brasileiro D. João VI, na condução da política externa para com o Prata. Isso foi observado quando os membros da Comissão Mista de Limites Brasil-Uruguai perceberam que o crescimento espontâneo das cidades de Sant’Ana do Livramento e Rivera fizera com que, ao longo do tempo, construções de ambas as nacionalidades ultrapassassem os limites de seus respectivos países. Assim sendo, por convenção assinada em janeiro de 1920 entre o Brasil e o Uruguai, resolveu-se alterar a linha de limite, por entre as cidades de Livramento e Rivera, de modo a que refletisse exatamente a ocupação dos dois países pelos dois lados da cumeada em todo o trecho urbano, aspiração que já havíamos demonstrado algumas vezes entre 1895 e 1901.
Os espaços nunca são inocentes, têm memória, a nossa, individual e a coletiva, que vão se acumulando através de episódios significativos da história, expressões arquitetônicas e literárias. Como abordam os estudos sobre memória coletividade Maurice Halbwachs e Pierre Nora, os lugares da memória são como um palimpsesto. Ou seja, os pergaminhos gregos utilizados para escrita. Reutilizados, sobrepostos estão a outros, conforme o tempo os vai apagando, vão surgindo vestígios daqueles que ainda estão lá, que não se apagaram completamente. No entanto, estão todos lá acumulando historicidade como o pergaminho que se raspa para novamente escrever deixando as camadas com a escrita anterior nítida.
Embora assegure lugar na história, a memória, no entanto, exige cuidado, pois às vezes coloca relatos forjados no presente a partir de interesses e julgamentos morais. Desta forma os espaços, paisagens, cidades, pessoas, se configuram à medida que “nós escrevemos ou apagamos” as lembranças que estão dentro da memória coletiva. Precisamos olhar esse espaço transformado, destruído, desgastado pelo tempo, a cidade do passado. Foi com essa intenção que investiguei as origens do espaço que hoje denominamos Parque Praça Internacional em minha pesquisa sobre o lazer fronteiriço.
A Praça Internacional está localizada no centro das cidades de Santana do Livramento e Rivera, no coração da fronteira. Em 1851 foi assinado o Tratado de Limites entre o Uruguai e Brasil, definindo-se a necessidade de demarcação da linha de fronteira entre a localidade de Serrilhada e Masoller. Também foi definida a instalação de marcos delimitadores na extensão de toda fronteira brasileiro-uruguaia. Posteriormente, na década de 1910, a demarcação na região onde atualmente está instalada a Praça Internacional foi realizada de maneira distinta das outras.
Conforme escreveu o historiador Ivo Caggiani, a praça foi criada com objetivo de substituir o usual “divisor de águas” comumente utilizado para definir e marcar o território de fronteira: “tal método demarcatório é estabelecido pela própria natureza, quando a água da chuva, ao cair, corre uma parte para cada lado, determina a linha por onde deve passar a fronteira”. No entanto na região da futura praça, ao contrário de áreas rurais e periféricas, não foi possível instalar balizas divisórias. No espaço de aproximadamente quatro quilômetros havia construções dos dois lados que excediam a linha de fronteira. O local que divisava as casas era constituído de um terreno irregular, arenoso e com mato fechado, que ao centro abrigava uma pequena lagoa. Era o “areial” ou “tierra de nadie”, como era chamado pela comunidade fronteiriça, que se valia do local para uma série de atividades ligadas ao esporte e lazer.
A história de sua criação teve vários protagonistas, foram muitos encontros diplomáticos até a conclusão do projeto que vemos hoje. Em 1919, reuniram-se para definir os limites fronteiriços os diplomatas chefes da Comissão Mista de Limites, o uruguaio Virgílio Sampognaro e o brasileiro, ministro Mariscal Botafogo. Em 1924, na cidade de Montevidéu, em uma reunião, os dois diplomatas teriam acordado o projeto da praça comum aos dois países, determinando que no centro dela estivesse um grande marco decorativo. Em 1925, os diplomatas reunidos em Santana do Livramento, ao finalizarem as reuniões as autoridades brasileiras e uruguaias determinaram dar continuidade a construção desse espaço internacional. Surgiu a ideia de um projeto de revitalização daquele espaço: uma praça moderna, com arquitetura arrojada que servisse as duas comunidades, acompanhando a urbanização da região. Entretanto, após várias negociações e concepções arquitetônicas apresentadas, o projeto definitivo apareceu mais de uma década depois, em maio de 1938, em Rivera. O projeto urbanístico atual chegou pelas mãos do arquiteto riverense vinculado à Intendência, o maçom Modesto Paez Seré, que buscava traduzir a unidade e irmandade cultural das cidades de Santana do Livramento e Rivera, inspirados em símbolos deliberadamente maçons. O projeto estava em sintonia com os ideais dos governos uruguaio e brasileiro no momento de sua criação, pois a praça foi “construída para dividir e unir estas cidades”. Um projeto gestado para marcar a história urbanística da região que posteriormente serviria de modelo para outros países, pois se dedicava a acentuar a irmandade entre os povos.
Lembrando novamente que os espaços não são inocentes, que têm interesses e memórias distintas, Fernando Aínsa alerta que podemos descobrir “consternados, que o triunfo de la ideologia intenta ser la medida de la memoria seletiva que controla y jerarquiza.”
Assim a Praça Internacional foi inaugurada em 26 de fevereiro de 1943, quando o mundo ainda vivia os horrores da Segunda Guerra Mundial. O espaço comum, sugerido pelo ministro Vigílio Sampognaro foi constituído para “todo él brasileño, todo él uruguayo”, ou seja, livre de divisas entre os dois países em um mesmo espaço. Assim, quando penetramos nesse espaço, não estamos em um “lado brasileiro” ou em um “lado uruguaio” estamos dentro dos dois países ao mesmo tempo. Por muito tempo a comunidade e turistas que visitaram e continuam visitando a fronteira, levados muitas vezes, pelo senso comum divulgado pela publicidade e mídia, tiveram essa imagem equivocada.
O antigo Areial, transformado em um ambiente dotado de uma estética contemporânea, obedecia a um impulso modernizador dos grandes centros urbanos, ao mesmo tempo em que indicava ao mundo o exemplo “de civilidade, fraternidade e igualdade entre as nações”, conforme informavam artigos da época. Por outro lado, convém aqui lembrar o cenário cultural daquele momento, determinando expectativas em torno do conceito do novo, do moderno. A palavra se encontrava impregnada no imaginário da sociedade brasileira em contraposição a tudo que remetesse ao que era antigo, ou seja, em um passado recente. No momento que as autoridades diplomáticas decidem-se pela construção do espaço, podem-se verificar mudanças de hábitos e comportamentos nas comunidades: da emergência do automóvel em substituição às antigas volantas, o calçamento das ruas centrais em troca “das antigas ruas empoeiradas,” a abertura de novas e largas avenidas, as lojas amplas e envidraçadas, enfim ocorre uma mudança de costumes. No cenário brasileiro, portanto, o conceito de que o novo substitui o antigo, originou-se nos primeiros anos da república brasileira através de ações dos governantes militares positivistas impregnados com a filosofia de Augusto Conte. Ocorre um remodelamento nos centros urbanos, apagando os vestígios da feição colonial nas cidades. Na fronteira, a partir dos anos 40 aparecem discursos que se constituem entre conflitos e diferenças culturais que reservam ao novo espaço o símbolo da paz.
Em minha visão, o imaginário da comunidade fronteiriça é impregnado por um discurso unificador das nacionalidades que se constituem entre conflitos e diferenças culturais estabelecidos pelos interesses dos governantes e imprensa local.
Na fronteira, observa-se o empenho dos governos municipais em promover uma campanha de revitalização dessa região comum às duas cidades. As primeiras décadas do século XX haviam sido de crise econômica e social na região. É dada a largada para algumas políticas direcionadas ao desenvolvimento do setor turístico local. Observamos algumas leis riverenses instituídas na década de 1930:
Ley de creación de "ciudad de Turismo": 22 de diciembre de 1936.
1938: primera excursión "fonoeléctrica". Eran trenes donde se escuchaba música durante el viaje, toda una novedad.
Enenero de 1941 se formo La Comisión de Fiestas y Turismo. Enenero de 1942 se inaugura el Club Uruguay. En agosto de 1942 el Casino.
Enfebrero de 1943, inauguração do Parque Internacional e a revitalização do comércio do Largo Internacional.
Em Santana do Livramento, surgem várias salas de cinema, após a Segunda Guerra os passeios tradicionais da população abandonam a Praça Gal. Osório e procuram as ruas amplas da vizinha Rivera, A calle Sarandi com seu aspecto largo, arrojado, cativa os jovens aos passeios dominicais a peatonal e seus cafés, cinemas, lojas e novas lanchonetes.
Nelson Moreira observa em seu livro sobre a construção do passeio que a vida urbana fronteiriça nos anos 40 em nada se assemelhava com a realidade dos anos 20 quando foi proposta a construção. Embora o projeto do arquiteto Paes Seré fosse o mesmo aprovado em 1938, com “leves modificações’, as cidades haviam se modificado, se urbanizado:
“A população flutuante se destacava na paisagem fronteiriça, a frequência de aeronaves e empresas interdepartamentais de ônibus”, excursões fonoelétricas faziam crer que “havia uma fronteira pujante, em que já sobrava e molestava o Areal.”
Em meados de 1941, finalmente, após anos de debates, reuniões diplomáticas e sete ou oito projetos oficiais, emerge dos gabinetes a concepção arquitetônica que temos atualmente. Infelizmente neste mesmo ano, faleceu o arquiteto mentor da Praça Internacional. Contudo, em abril de 1942, após a assinatura da ata de inauguração dos trabalhos pelos representantes oficiais dos presidentes da república uruguaio e brasileiro, iniciaram as obras de construção do espaço. A remodelação acontecia também no entorno da nova praça. Nas ruas centrais de Rivera, o reboliço estava na concretagem das ruas centrais, no corte dos nostálgicos plátanos, tão estimados e cantados por Olyntho Maria Simões e Agustin Bisio. “Desaparecia assim uma rua aldeã e em seu lugar se abria uma rua ampla e concretada, com veredas novas e amplas. Em um ano se apagou uma época, ainda que a novela postergasse a nostalgia por bastante tempo” relatou Nelson Moreira. Havia consternação com os cortes dos plátanos e o Areial, contudo as obras seguiram seu destino.
E na manhã de sexta-feira pré-carnavalesca, para celebração inesquecível na história das cidades, inaugura-se a tão esperada Praça Internacional. Após vinte anos de negociações e trâmites diplomáticos, uma multidão estava presente para assistir o final dessa partida. As bandeiras de todos os países americanos dançavam enfileiradas ao vento. O desfile de tropas e de bandas militares, estudantes e instituições dos dois países foi registrado por jornalistas de diversos lugares. As ausências dos presidentes uruguaio, General. Arq. Alfredo Baldomir e brasileiro, Getúlio Dornelles Vargas foi sentida e registrada nos diários e na memória da população fronteiriça. Embora enviassem representantes oficiais, do lado oriental, Ministro do Interior Hector Genoma, e brasileiro, Ministro do Trabalho, Comércio, Justiça e Interior, Dr. Alexandre Marcondes Filho. Com convidados oficiais, a viúva do arquiteto criador do projeto Sra. Páez Seré presente além uma multidão de populares, muitos viajaram de cidades vizinhas, estava inaugurada oficialmente a Praça Internacional.
A construção de uma praça central, na divisa das duas cidades delimitando imaginariamente duas nações foi sem dúvida, um elemento significativo dessa política. Nesse sentido, podemos estimar que os governos buscassem a construção de um símbolo, um marco, uma identidade que diferenciasse essa fronteira daquele cotidiano tumultuado da Segunda Guerra Mundial instalada no continente europeu. Como sugeriu um escritor peruano, em passagem pela fronteira, “justamente quando o mundo agitava-se diante desse conflito, a região apresentava-se como um exemplar da "civilidade" latino americano”.
Entretanto é importante relembrar a importância do antigo Areial para as novas gerações. O espaço esteve presente ao longo dos anos no cotidiano da comunidade fronteiriça, que privilegiou o local como espaço genuíno do lazer. Do ancestral descampado, chamado Areial, aos anos recentes da moderna Praça Internacional, esse espaço afirmou-se como um local político, cultural e econômico para as cidades. Situado na linha de fronteira o Parque vai se mostrar também um espaço de negociação, abrigando exilados e fugitivos nas recentes ditaduras que abalaram Brasil e Uruguai.
Retrocedendo algumas décadas, encontraremos outro espaço em um mesmo espaço. As cidades viviam uma crise social e econômica, o Areial com frequência era referência de esporte e lazer das comunidades. Na paisagem desse descampado “Areial da linha”, ou “tierra de nadie”, lugar baldio, irregular e de matagais, improvisavam-se atrações culturais como espetáculos de circos, cinema mudo, cavalhadas, canchas de tênis, futebol e hockey. Havia ainda os chopes ruivos da cervejaria Gazapina, vendidos nos Kiosques El Ribot e Biquita localizados na parte alta do Areial, na Avenida das Palmeiras (atual Largo Dr. Hugulino Andrade), que ajudava a distrair a plateia.
O Areial das décadas de 20 e 30 contrastava com seu vizinho, o Cine Theatro Cabaret Internacional, um esplendoroso prédio, império da boemia, onde a roleta e o pano verde serviam de pretexto para espetáculos luxuosos. Atrações internacionais e muito champanhe, espetáculos artísticos e serviço de restaurante sofisticado. O luxo do Cabaré- Cassino impunha-se em contraste com a escuridão daquele descampado Areial, que abrigava atrações circenses e ciganas para a maioria da população. Em muitas ocasiões o local também foi palco de violência e mortes, ajuste de contas entre capangas e contrabandistas. Segundo noticiou um jornal santanense, O Republicano, era "lugar perigoso, esconderijo para bandidos". Portanto, longe de constituir-se no atual espaço privilegiado do Parque, o Areial era considerado um espaço público livre de qualquer valor moral ou mitificador. Em seus bons dias o lugar tornou-se referência da diversão à comunidade. O memorialista Cirino, reconstituiu seu espaço:
“A linha era uma zona de chácaras e potreiros, era mais uma estrada barrenta, em dias de chuva do que propriamente uma rua para o pedestre transitar, o transito era a pé, em carros ou carroças de tração animal; na cidade havia uns quatro automóveis de particulares [...] revolucionários emigrados, entre os oficiais Siqueira Campos, Cordeiro Campos, entre outros, estabeleceram-se como comerciantes em Rivera, e alguns outros, menos afortunados, acamparam nas imediações do Cerro do Marco”.
Assim como numa colcha de retalhos, os moradores dessa fronteira buscam rememorar sua juventude através dos lugares que visitaram, das cenas pitorescas que viveram e que preenchem o universo de suas recordações. O passado é vivenciado como outra época, perseguido constantemente nas lembranças de outra cidade e seus espaços perdidos na memória. Memória que também é um espaço pantanoso e construído conforme nossas lembranças, erguido em experiências pessoais onde muitas vezes certas vivencia são relevadas em função de outras, essa é a construção da memória.
O barbeiro Humberto Bisso, que viveu intensamente esses dois espaços temporais, o do Areial e do Parque Internacional sabiamente, costumava lembrar, que os dois tinham muito em comum, pois se foram locais de disputa e violência, também ofereceram muita diversão, para a população: “tu sabe, essa praça nova que está ai, veio muito tempo depois do antigo Areial”. Divertia-se com os colegas ao ver a passagem das moças que iam trabalhar no Cassino Internacional,” todas elegantes de salto alto e caminhando e tropeçando no arenal”. Pois não foi nela que ele viu “caírem mortos operários comunistas do Armour em uma noite fria de primavera? Assim como em 1956, emocionado viu passar na mesma vereda da praça, a comitiva de boas-vindas ao Presidente JK Juscelino Kubitscheck, quando visitou a cidade em seu centenário.
O Parque Praça Internacional é um espaço sentimental, cada um tem um parque dentro de sua memória, que ao longo do tempo foi metamorfoseando-se em diversos espaços da memória e sentimentos.
Se nos anos 1930, o Areal foi espaço dos desmandos caudilhescos e de pistoleiros, trazendo notícias diárias nos jornais que lembravam aos fronteiriços que aquele era um espaço dominado pela violência, a população também recorria a ele quando queria diversão seja pela chegada de circos, as sessões no cinema mudo do gordo Ducos, quando havia partida de futebol ou cavalhadas, afinal ali também encontrava-se o lazer, comum as duas cidades.
Após a inauguração do novo espaço internacional, entre meados dos anos 1940 e 1950, a Praça moderna e ampla seduzirá outras gerações de famílias, que disfrutam o lazer moderno, com seu entorno repleto de lanchonetes e restaurantes. Espaço para caminhadas, piqueniques, esporte, fotografias e namoros. Espaço dos lambe-lambes que desde então, eternizaram nos retratos sua população e a de turistas. Os passeios depois das sessões do cinema e matinés dominicais. Mas também foi em suas calçadas, no novíssimo Largo Internacional que ocorreu a chacina dos militantes comunistas mortos, quatro homens que, nas palavras da poeta Lila Ripol, “ousaram sonhar com um mundo mais justo”!
Nos domingos havia o encontro semanal dos imigrantes árabes libaneses e palestinos aos pés do Obelisco, que ali conversavam na língua mãe, fechavam negócios e tomavam chimarrão, apropriando-se de novos costumes,
Na década de 60 e 70, o lugar se estabelecerá como um Parque-espaço da solidariedade e do exílio, lugar de passagem de perseguidos das ditaduras brasileira e após, uruguaia. Em seus arbustos ocultaram-se documentos e armas dos guerrilheiros. Por suas alamedas passearam jovens idealistas vindos de outras regiões do país. Entretanto, a praça ainda é espaço de lazer, namoros, fotografias, esportes, de encontros de presidentes militares que exibem sua diplomacia e divulgam convenientemente a irmandade inscrita no marco do obelisco.
Os anos 80 lembrarão de que o Parque ainda é espaço lúdico de diversão, de lambe-lambes, da sociabilidade adolescente, dos encontros fortuitos, de amantes, de prostituição. Contudo liga seu alerta vermelho denunciando o início de sua descaraterização, com a chegada de trailers gastronômicos e bancas de artesanato, aos poucos a economia informal vai se aproximando até se estabelecer sem a devida fiscalização. A limpeza, os cuidados de jardinagem e manutenção que desde sua inauguração foram dados às administrações municipais iniciam seu lento processo de deterioração.
Estaria a Praça moderna retornando a ser aquele local esquecido lá no passado, uma "terra de ninguém?"
Entramos nos anos 90, e nosso símbolo da irmandade, imóvel, não reconhece o esplendor de poucas décadas passadas. O espaço será da prostituição, de shows musicais e espaço de manifestações políticas, dos parques de diversões.
A partir dos anos 2000, a praça agoniza, pede socorro, o espaço é do abandono. Porém ainda é apreciado para o desenvolvimento da cidadania com as manifestações políticas, da diversidade, eventos culturais como a Feira do Livro Binacional. Também abrigam festivais de ovino e vinho, cultos religiosos, festivais nativistas e recentemente, gastronômicos. Ainda temos uma área concebida originalmente para descanso e lazer.
2001 – Crianças tomando conhecimento de que ali se encontrava a fronteira entre dois países, duas cidades: Santana do Livramento (BR) e Rivera (UY)
Antes da criação do Parque, foram mais de vinte anos gerando um espaço monumento, que iria perpetuar ao mundo os valores da irmandade, igualdade e fraternidade, um espaço genuíno de lazer e descanso.
Nota do blog: Data não obtida.